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Polígono: Numeritos a mí

La fábula del Titanic para explicar cómo llegamos al calentamiento global.

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Los números aburren, pero ¿qué hacer para explicarle a este amigo el origen de mi pesimismo apocalíptico? Hablamos de gases de efecto invernadero y calentamiento global, y no encuentro otra salida que no sea tomar la calculadora y empezar: “En los 30 años anteriores al 2019, la industria humana lanzó a la atmósfera 0,9 trillones de toneladas de dióxido de carbono (un 9 seguido de diez ceros)”. Mi interlocutor, impávido: “¿Eso qué?”. “Pues que prácticamente toda esa contaminación se originó en el uso de combustibles fósiles, que no son sino la energía solar almacenada químicamente por las plantas a lo largo de millones de años”. “¿Millones?”. “Sí, puesto que las plantas son lentas haciendo tal trabajo y de ahí resulta que cada día devolvemos a la atmósfera el carbono que todas las plantas acumularon en 5.600 años. Eso explica que en estos últimos treinta años el equivalente a dióxido de carbono de los gases de efecto invernadero pasara de 280 a 500 partes por millón y siga aumentando. Y lo peor es que nos quieran convencer de que el problema se resuelve sembrando árboles, cuando ocurre que, incluso si cubriésemos de árboles la superficie total de cinco planetas, eso tardaría en ‘volvernos a la normalidad’ millones de años. ¿Te das cuenta?”. Me mira con ojos de gato asustado y dice: “Todo eso es paja, profe, yo lo resumiría en la fábula del Titanic, ¿quiere oírla? Aquí va”:








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