Columnistas

Polígono: Mojada

La noticia de que Facebook podría desaparecer debería preocupar menos que la prohibición de los helados de mora con pistachos.

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Las redes sociales, que para muchos son una imitación fácil de la telepatía, nos recuerdan cierto relato de ciencia ficción en el que el personaje descubre, de pronto, su capacidad para leer el pensamiento y decide ponerla a prueba en un lugar muy concurrido. Al percibir la malevolencia y la mezquindad que dominan las mentes de la multitud a cuyos pensamientos tiene acceso, enloquece y se suicida. O sea, que saber en cada momento lo que piensan las otras personas puede convertirse en un infierno y no consuela la idea de que lo que uno piensa es leña en el fuego de los infiernos ajenos.








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