En cierta forma, el domingo pasado planteé una pregunta sobre la medida en que los medios de transporte rápido y de largo alcance contribuyen a la propagación de calamidades ambientales y sanitarias. Comenté el caso de la babosa rosada, introducida recientemente en Europa en los envíos de plantas ornamentales procedentes de Suramérica, pero no mencioné la rápida difusión de la influenza española debido a los desplazamientos de excombatientes de la Primera Guerra mundial. Pude haber mencionado también la invasión de Guam por parte de la serpiente arbórea parda (Boiga irregularis), salida de las embarcaciones militares que fondearon en aquella isla durante la guerra del Pacífico, caso en el que el impacto ecológico comenzó con la extinción de casi todas las especies autóctonas de pájaros, lo que a su vez trajo como consecuencia una perniciosa superabundancia de arañas.
Además, tuve en mente el relato La hormiga argentina, de Italo Calvino, algo así como la versión literaria de un capítulo de la guerra mundial que sostienen las hormigas desde hace más de un siglo y está siendo ganada por la especie Linepithema humile, hoy diseminada en todos los continentes. Perjudicada: la agricultura de muchos países. Culpable: el auge exportador argentino que envió millones de bichitos ocultos dentro de los embalajes de productos agropecuarios.
En estos días, se ha visto en Internet una profusión de documentales, evidentemente publicitarios, en los que se llama la atención sobre la renuencia de las empresas navieras, especialmente chinas, a repatriar los contenedores metálicos dentro de los que se transportan mercancías, para luego recomendar, con entusiasmo, la utilización de esa chatarra “encajonada” para la construcción de viviendas de bajo costo. La campaña parece convincente, y ya se ha divulgado que por lo menos una empresa tiene autorización para explotar en Costa Rica esa línea de reciclaje.
Por razones obvias, sería interesante saber si las autoridades competentes en el ámbito de la salud pública fueron llamadas a opinar sobre los aspectos preventivos que debieron haberse contemplado antes de autorizar el uso habitacional de estos oportunos desechos metálicos. ¿Se llevaron a cabo todos los estudios pertinentes de seguridad estructural y de impacto ambiental y sanitario?
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El autor es químico.