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Polígono: Ciencia de sastre

En Carolina del Norte, los parlamentarios de ese estado pretendieron ordenarle, mediante un decreto legislativo, a la naturaleza que no se manifestara en sus costas. Al parecer, querían un sastre que les hiciera ciencia a la medida.

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Conversábamos en la red esta semana sobre la inusitada aparición casi simultánea de grandes disturbios atmosféricos en el hemisferio norte: varias tormentas con probabilidades de “pasar a más”, huracanes y ciclones. Vino a cuento una circunstancia que, de no ser por el riesgo de que resultara trágica, sería grotesca. En el año 2012, los legisladores de Carolina del Norte decidieron ignorar un estudio realizado por la comisión estatal de recursos costeros, según el cual la costa de ese estado es una de las más vulnerables de EE. UU. ante la paulatina elevación del nivel del mar. El congreso estatal, de mayoría republicana –no podía ser de otro modo–, consideró que las conclusiones de los expertos atentaban contra los intereses de los poderosos desarrolladores de esa costa y, por ello, las desconoció y le prohibió al gobierno basarse en ellas para tomar decisiones.








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