Columnistas

Perspectivas: Las convidadas de piedra

La covid-19 afecta a las trabajadoras del sexo, pero no hay bono proteger para ellas, aunque también perdieron sus ingresos.

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Oculta tras cortinas de mojigatería, se esconde una tragedia humana. Pero no queremos ni verla ni que nadie nos la enseñe. En su dolor no valen auxilios estatales. Tampoco se visibiliza la solidaridad humana porque hasta ahí ni la redención llega. Su rostro es uno de los más dramáticos de la pobreza, donde, además de hambre, se carga con estigma. Hablo de las trabajadoras del sexo.








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