Costa Rica parece ir consolidándose como destino apetecido por extranjeros deseosos de pasar sus años dorados en un lugar tranquilo, amigable y de exuberante belleza natural.
Así lo evidencian dos noticias publicadas por La Nación sobre el creciente interés que muestran pensionados de otros países por instalarse en nuestro territorio, en busca del sueño del “pura vida”.
Una de esas informaciones reveló que dos empresas de Florida, Estados Unidos, decidieron desarrollar un proyecto inmobiliario de 1.800 casas de lujo en la península de Osa, en Puntarenas.
La decisión de realizar esta multimillonaria inversión fue tomada con base en un estudio que confirmó que Costa Rica es el lugar donde más estadounidenses se están asentando últimamente.
Otro artículo destacó que el país es considerado el segundo mejor lugar del mundo para retirarse en el 2022, de acuerdo con un listado elaborado por la compañía especializada InternationalLiving.com.
Para confeccionar el indicador, la firma toma en cuenta diez aspectos fundamentales, como costo de vida, gobernanza, beneficios para jubilados, condiciones climáticas y atención médica.
En estos resultados influyó la buena imagen internacional que el país ha construido a lo largo de los años como destino ecoamigable, pacífico y relajado para pasarla bien.
Pero también parecen estar dando frutos otras decisiones recientes, como la aprobación, el año pasado, de dos leyes que ayudan a potenciar nuestro atractivo como el sitio deseado para retirarse.
Se trata de la ley de nómadas digitales, que ofrece diversos incentivos a profesionales del mundo que trabajan en remoto, y la ley de beneficios para invitar a pensionados y rentistas a vivir en Costa Rica.
La tendencia nos plantea una serie de retos para evitar que esta legión de migrantes VIP sufra un severo cuadro de desencanto una vez que empiecen a lidiar diariamente con nuestra realidad.
Son personas que van a exigir una vida segura, servicios de calidad, carreteras en buen estado, trámites expeditos y un verdadero compromiso con la conservación del ambiente.
Nada de esto, lamentablemente, lo tenemos garantizado, ni siquiera quienes nacimos aquí. La diferencia es que los foráneos, si no reciben el paraíso por el que pagaron, podrían irse con sus petates a buscar otro hogar.
Los proyectos de la empresa Ecoquintas intentan atraer a pensionados extranjeros con un concepto que combina la seguridad y los servicios de un condominio, con la naturaleza y una maravillosa vista del volcán Arenal. Foto: Cortesía