Página quince: Más que un tren, una gran oportunidad

Así como un ferrocarril fue clave en 1910 para superar la devastación ocasionada por el terremoto de la falla Aguacaliente, lo será en esta pandemia

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Nuestros antepasados lograron superar en el siglo anterior un entorno plagado de pobreza y desastres naturales para terminar la obra de infraestructura más ambiciosa de ese momento: el ferrocarril de Limón a Puntarenas.

No es fácil, pero esa es la forma costarricense de hacer las cosas: valiente y solidaria, con diálogo y trabajo.

Así como el ferrocarril fue clave en 1910 para superar la devastación ocasionada por el terremoto de la falla Aguacaliente, ubicada en Cartago, lo será ahora para superar esta pandemia.

Desde la perspectiva de la planificación urbana, la modernización del transporte público y la recuperación económica, la oportunidad concreta es la aprobación del financiamiento para el tren eléctrico de pasajeros; que, de avalarse ahora, empezaría a pagarse aproximadamente ocho años después de iniciada la construcción.

Optimizar ciudades. Se trata de mucho más que un tren. Su ejecución constituye una gran oportunidad que va más allá de la vía férrea, los vagones o las frecuencias de los viajes.

Es la posibilidad real de optimizar las ciudades más pobladas y sus interconexiones; es la gran oportunidad de construir un generador masivo de progreso para Costa Rica.

El proyecto se compone de 84 kilómetros de recorrido, en doble vía, con 46 estaciones, de las cuales, por lo menos 11 serán intermodales.

El desarrollo de estos puntos de convergencia socioeconómica será estratégico para propiciar prosperidad. El uso responsable de los espacios públicos, en conjunto con la mejora significativa en las condiciones de movilidad de las personas, impactará positivamente en el desarrollo del país desde los cantones.

Modernizar el servicio público de transporte, a la vez, transformará eternas pérdidas en nuevas ganancias y dignificará a los usuarios. Será una alianza público-privada destinada al beneficio de la población, que demanda soluciones rápidas y de calidad.

En la medida en que el proyecto del tren eléctrico de pasajeros continúe su marcha, avanzaremos también en el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible.

Ciudades más eficientes promueven la recuperación progresiva de la economía mejorando la vida de todos, especialmente de quienes no tienen más opción que salir a trabajar.

El derecho humano a la movilidad segura, sostenible, limpia y eficiente será una realidad para la población en general.

En el Congreso. Como es sabido, el proyecto está en la Asamblea Legislativa, encargada de definir si avanza o se detiene.

Distintas voces se han manifestado para apoyarlo y también para solicitar aclaraciones en una revisión responsable de la propuesta.

En la búsqueda del mejor proyecto para el país, la discusión constructiva siempre será oportuna, necesaria y bienvenida.

El diálogo nacional ha cumplido el objetivo de transparentar aún más el planteamiento técnico del plan. El estudio de factibilidad indica rangos y proyecciones que sientan las bases de un sistema ferroviario de pasajeros viable.

Los diputados han hecho valiosos aportes a la propuesta. En caso de que la Asamblea Legislativa apruebe el financiamiento, todas esas contribuciones serán de gran utilidad para que en el cartel de licitación terminen de definirse, con la rigurosidad necesaria, las condiciones definitivas del servicio.

El proyecto no debe ser todo o nada. Costa Rica lo necesita, juntos encontraremos la mejor ruta para hacerlo realidad. Si trabajamos en equipo, en procura del bienestar colectivo, los costarricenses superaremos la covid-19 y paralelamente se concretará el tren eléctrico.

Tener la oportunidad de analizar un intercambio de ideas confirma que todas las opiniones suman para la mejora continua de un proyecto que, sin lugar a dudas, tendrá un alto impacto social.

El tren saldrá fortalecido de esta etapa de escrutinio público gracias a quienes desean lo mejor para el país por una sencilla razón: no es el tren de una persona, de una administración, o de quienes finalmente lo inauguren; es el tren de Costa Rica para la gente.

La autora es arquitecta, primera dama de la República.