Página quince: En la antesala de un tercer gobierno del PAC

Para muchos resultará impensable que luego de dos gobiernos del Partido Acción Ciudadana (PAC), que han hundido al país en un abismo económico infernal, exista el menor chance de que gane las elecciones por tercera vez consecutiva.

El votante costarricense, no obstante, ha demostrado ser más emocional que racional a la hora de decidir su voto, por lo que es proclive a tropezar con la misma piedra por tercera vez.

Debido a la atomización de partidos políticos resultará muy difícil salir victorioso en las elecciones con un 40 % de los votos en primera ronda, por consiguiente, será imperioso que los partidos de oposición no subestimen al PAC, cuyos integrantes son expertos en colarse en el balotaje, siempre con un as emocional bajo la manga.

El PAC ha logrado cultivar una fiel clientela de seguidores, entre los cuales podría enumerar a gran parte del sector público, estatistas, progresistas, ambientalistas, socialistas, activistas de derechos humanos y minorías.

Dichos grupos son proclives a estar dispuestos, con ofrecimientos o promesas muy puntuales, a comprometer su voto a cambio de ir obteniendo pequeños avances en sus agendas.

El perfil del votante por el PAC no tiene muchas opciones para escoger, en vista del amplio menú de partidos políticos. El que más se le asemeja es el Frente Amplio, que para algunos podría parecer demasiado radical hacia la izquierda.

Casi que se podría afirmarse que el PAC está solo. La oposición, por el contrario, esta completamente fragmentada. Si a esta argumentación le agregamos que a pesar de dos gobiernos del PAC tan erráticos no hay figuras influyentes dentro de su propio partido que lo critiquen o contradigan, demuestra que están unidos y convencidos de que poseen las credenciales para gobernar otra vez.

Beneficio del contrario. En contraste, en la acera de enfrente, cada día pululan las opciones políticas, que lo único que hacen es dividir al electorado, sirviendo al PAC en bandeja de plata el pasaporte directo hacia una segunda ronda.

Por el bien y el futuro de este país, estamos en una coyuntura en la cual deberían estar negociándose alianzas y coaliciones. Solo en el Partido Liberación Nacional hay once precandidatos y, terminada la convención, será difícil unirlos a fin de que apoyen sin rencores al ganador.

No es posible que haya cuatro partidos con la misma ideología liberal y que no puedan juntarse para alcanzar una representación de diputados liberales tan necesaria en la Asamblea Legislativa.

Es de suma importancia tener presente que el padrón electoral para las elecciones del 2022 esta compuesto en un 40 % por votantes menores de 35 años.

Precisamente, esa es la población meta a la cual el mensaje del PAC llega a calar hondo. Asimismo, se le debe reconocer al PAC una habilidad pasmosa para posicionar cuestiones que, aunque importantes, distraen de los problemas sustantivos que nos aquejan y están urgidos de ser resueltos.

Habiendo demostrado con creces que el manejo de las finanzas, el control del gasto y la responsabilidad fiscal no es en lo que mejor se desempeñan, intentarán polarizar el electorado con temáticas como el aborto, la eutanasia, la identidad de género y, nuevamente, harán caer en la trampa de posicionar su narrativa no solo entre los candidatos opositores, sino también en ciertos medios de comunicación.

Lo mismo de siempre. A sabiendas de que un tercer gobierno del PAC sería lamentable para los intereses del país, los partidos políticos están haciendo las cosas como siempre, no se han reinventado, no levantan el menor interés dentro de la población joven, pareciera que no analizan ni aprenden por qué el PAC les gana las elecciones en los últimos 15 días de la campaña electoral.

En las listas de precandidatos de los partidos de oposición hay personajes muy capaces, inteligentes, estudiosos, con una visión muy clara de la problemática nacional y con propuestas serias. Sin embargo, por razones hasta el momento inexplicables, dichas cualidades no son suficientes, la disyuntiva por descifrar es por qué el electorado prefiere la improvisación, la poca preparación y al que de antemano se sabe que no tiene lo que se requiere para gobernar.

El PAC se tornó, en tiempo récord, en un partido tradicional y pone en práctica las mismas artimañas sin escapar a los actos de corrupción, repartición de puestos, populismo y clientelismo que tanto criticaron en el pasado.

La palabra ética, que otrora fue su estandarte, quedó solo para los estatutos. Si a todo lo anterior sumamos el lastre que cargan de dos gobiernos seguidos para olvidar, el PAC está más debilitado que nunca; sin embargo, por la falta de imaginación tan notoria en la oposición para no seguir cometiendo los mismos yerros de las dos últimas elecciones presidenciales, le están dando suficiente oxigeno al PAC como para no descartarlo como el ganador en las elecciones del 2022.

guzmanr@ice.co.cr

El autor es odontólogo.