Letras de cambio: No quemar al santo

A juzgar por la revisión del Programa Macroeconómico, el Banco Central tiene claro que debe tener cuidado y no ir mas allá de lo adecuado

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El Banco Central, en la revisión del Programa Macroeconómico, reconoce la grave situación que atraviesa el país.

La producción cae, el desempleo aumenta y las finanzas públicas se deterioran. En esa situación, al Banco Central le corresponde mantener la estabilidad financiera por medio de un adecuado manejo de la liquidez.

Mientras haya suficiente dinero fluyendo, la posibilidad de que los bancos presten a personas y empresas aumenta y con ello se reactiva la economía.

A la vez, cuanto más dinero deje el Central fluir en la economía, menos difícil será para el gobierno captar lo que necesita para financiar el enorme hueco fiscal.

Lo que el Banco Central pretende es, como dice en su programa, la “provisión calibrada de la liquidez”.

A través de los instrumentos disponibles, ha aumentado la emisión de dinero y la liquidez en la economía. Además, anunció la creación de nuevos instrumentos.

Uno, que ya está aprobado, es la compra de bonos del Gobierno en el mercado secundario. El otro, en revisión para su aprobación, es la creación de una nueva facilidad de liquidez, mediante la cual los bancos tendrán acceso a fondos a más largo plazo.

La muy baja inflación y la perspectiva de que se mantendrá así por un tiempo permiten al Central incrementar la liquidez ahora. Pero ahí es donde tiene que calibrar muy bien su política. Puede comprar bonos del Gobierno en el mercado secundario para proveer liquidez en momentos de estrés en el mercado, pero debe evitar pasar la línea gris entre eso y prestarle indirectamente al gobierno.

Puede prestar a los intermediarios financieros, pero si lo hace a un plazo muy largo podría quedar amarrado para cuando cambie la situación económica, y perderá grados de libertad en su política monetaria para afrontar futuras presiones inflacionarias.

El Banco Central debe tener mucho cuidado y no ir más allá de lo adecuado. Creo que esto lo tiene claro cuando advierte, en su mismo programa macro, que no conviene usar las reservas internacionales ni la emisión inorgánica para financiar al gobierno, pues eso minaría la confianza del mercado en el compromiso del gobierno de resolver el problema fiscal de una manera estructural y del Banco, de mantener la estabilidad financiera del país.

Debe tener mucho cuidado de alumbrar al santo, pero no tanto como para quemarlo.

lmesalles@ecoanalisis.org

El autor es economista.