Termina el 2019. El resultado para Costa Rica es mixto: en ciertos aspectos, positivo; en otros, no tanto.
La sombra de una posible recesión se cierne sobre la economía global. De momento, se observa un crecimiento más lento. Los sectores que más crecen son los vinculados a la economía mundial, como el exportador de bienes y servicios, y el turístico.
Por otra parte, la baja en los precios de las materias primas importadas (petróleo y otras) y las reducciones de las tasas de interés nos favorecen.
La situación fiscal del 2019 contrasta notoriamente con la vivida el año anterior. La aprobación de la reforma fiscal ayudó a calmar las ansias del gobierno y de los inversionistas en los mercados financieros. Nada más recordar la queja de la exministra Rocío Aguilar de haber pagado tasas de interés “obscenas” debido a las premuras para cumplir con las obligaciones del Estado.
El acceso a nuevas fuentes de financiamiento —eurobonos, líneas de crédito con organismos internacionales y entrada de capital privado extranjero— produjo una reducción en las tasas de interés pagadas por el gobierno y que el tipo de cambio volviera a los niveles de inicios del 2018.
Sin embargo, la recuperación de la confianza en lo fiscal no se refleja, de igual manera, en la actividad económica. La incertidumbre generada en torno al cumplimiento de la nueva reforma fiscal, más la pérdida de ingreso disponible, experimentada por la gente a causa de los nuevos impuestos, se traduce en una caída en el ritmo de crecimiento de la economía durante el año. Aunque la actividad económica se recuperó algo en los últimos meses, la producción nacional crecerá apenas un 2 % este año y el desempleo seguirá en más del 11 %.
Finalmente, la ejecución de la reforma fiscal también tiene claroscuros. Si bien la recaudación de impuestos sube según lo proyectado, el gasto no ha bajado tanto como se esperaba. De ahí que el déficit fiscal del 2019, muy probablemente, cierre por encima de lo planteado inicialmente.
Si se quiere evitar otros 365 días con resultados mixtos, es fundamental la recuperación de la confianza de los consumidores y de los empresarios sobre el futuro económico. Para eso, es vital que el camino a la solución fiscal planteado por el gobierno se cumpla.
El autor es economista.