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Ni Rodrigo Chaves, ni su vocera, la aspirante a diputada Pilar Cisneros, han logrado desmentir un párrafo de las 56 páginas firmadas por los siete jueces. (Alber Marín)
Mes y medio después de que «La Nación» reveló la resolución del Tribunal Administrativo del Banco Mundial contra Rodrigo Chaves por acoso sexual, ni el candidato presidencial, ni su vocera, la aspirante a diputada Pilar Cisneros, han logrado desmentir un párrafo de las 56 páginas firmadas por los siete jueces.
La única respuesta ha sido un blablablá. No aportan pruebas para desdecir ni a las dos denunciantes, ni los 27 testimonios, ni el veredicto. Chaves prometió el lunes pasado, luego de que «The Wall Street Journal» lo expuso al publicar la misma resolución, que haría pública «documentación que evidencia incongruencias e inconsistencias» en la resolución.
El martes salió con medias verdades y rehusó dar el expediente completo: las 800 páginas. El blablablá deja claro cuán firme es lo publicado por «La Nación» y «The Wall Street Journal».
Es más. Da pena ver a candidato y vocera presentar a las dos denunciantes como mujeres de doble juego, por los dizque atentos correos que le habrían enviado a Chaves después de la acusación. Por más mensajes, las dos estaban en desacuerdo con la blandengue reacción de Recursos Humanos en el 2019.
Por eso, impugnaron. Así, el pasado 7 de junio el Tribunal validó lo dicho por ellas: dio por probado el acoso sexual. Lo dicen las 56 páginas y, para no dejar dudas, lo ratifica la nueva vicepresidencia de Recursos Humanos: «Habiendo leído todos los materiales sobre el caso, creo que yo habría concluido que el hostigamiento sexual tuvo lugar». En otras palabras, sí leyó las 800 páginas.
Desde que «La Nación» dio a conocer la resolución, candidato y vocera no han parado de chapotear. Cisneros, sin pruebas para desacreditar lo publicado, se dejó decir el 2 de setiembre, en un programa de radio: «No puede ser que la gente que trabaja ahora en “La Nación” sea tan absolutamente cara de barro. Que crean que la gente es idiota».
Basta de insultos y admítanlo: 52 días después de la primera información, nada han podido desmentir. Solo queda darles a la vocera y su candidato una respetuosa respuesta: quienes trabajamos en «La Nación» no somos cara de barro, y es cierto que la gente no es idiota, por ello, no se traga el blablablá.
amayorga@nacion.com