El encierro que nos ha sido impuesto en estos tiempos de pandemia hace retornar nuestras mentes a eras pasadas, tempestuosas, algunas, y agitadas, otras. Preámbulos, a la vez, de lo incierto como es el tiempo presente y el que se perfila.
Algo que ya es palpable y se proyecta hacia el futuro es el destacado desempeño de mujeres líderes que han guiado el bienestar de naciones donde han puesto en sus manos el continuado éxito de sus gobiernos.
En este recuento, destaca la República Federal de Alemania, regida por Angela Merkel, cuyo timón ha probado su destreza en superar los serios desafíos sembrados en el camino de las soluciones políticas democráticas.
Ella ha unido su liderazgo al del presidente francés, Emmanuel Macron, en la dura tarea de constituir un fondo económico de recuperación para los países europeos más perjudicados por el coronavirus, como Italia y España.
El observatorio de las líderes globales más prominentes destaca a Jacinda Ardern, de 34 años, primera ministra de Nueva Zelanda. El lunes se declaró triunfante en la campaña para erradicar el virus en su nación.
Asimismo, se levantaron las barreras internas impuestas el 25 de marzo, y, para su corona de triunfos políticos, incluido el nacimiento de su bebé, al cual suele llevar envuelto en mantillas a las funciones oficiales, hay que agregar la eliminación de las armas de asalto.
Tsai Ing-wen, presidenta de Taiwán, encabeza uno de los más exitosos esfuerzos en el mundo para detener el virus SARS-CoV-2, utilizando medidas de prueba y aislamiento para controlar infecciones sin un bloqueo nacional total.
Los expertos señalan la necesidad de resistirse a arribar a conclusiones sobre líderes femeninas derivadas de unos excepcionales ejemplos, en circunstancias especiales. Pero también que los resultados ofrecen valiosas lecciones para ayudar no solo en las crisis actuales, sino también otras en el futuro.
Después de que el presidente Trump fue criticado por no usar mascarilla durante presentaciones públicas, David Marcus, periodista conservador, afirmó en un artículo para The Federalist que Trump estaba “proyectando la fuerza estadounidense”.
Otro comentarista afirmó que para el público estadounidense, Trump debe proyectar poder, no mostrar temor y, por esa vía, arrinconar al adversario. Quién sabe si funcionaría para una apuesta.
El autor es politólogo.