Columnistas

Goya desentraña a Ortega

Para penetrar en los más retorcidos pliegues de la dictadura, requerimos otras fuentes, la más reveladora que he encontrado hasta ahora son las ‘pinturas negras’ del artista fuendetodino

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¿Cómo desentrañar, en sus dimensiones más siniestras, los móviles de Daniel Ortega? Los hechos ayudan, y el más reciente —la acusación y orden de captura contra Sergio Ramírez— basta para aquilatar la perversa y obcecada estrategia del dictador y sus secuaces. Si osan emprenderla contra el escritor nicaragüense más connotado y reconocido, referente máximo de su cultura actual y vicepresidente sandinista entre 1985 y 1990, el mensaje es claro: nadie está a salvo. El poder impera; también, el terror. Lo que otros piensen o anhelen no importa. El dictador es supremo y El Supremo, no el narrador, tiene la última palabra.








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