Entre líneas: Confusión invernal

La tesis del presidente Donald Trump es que el calentamiento global es una tomadura de pelo propagada por China para perjudicar el desarrollo industrial estadounidense

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El calentamiento global es una tomadura de pelo propagada por China para perjudicar el desarrollo industrial estadounidense. Esa es la tesis del presidente Donald Trump y la prueba está en el frío y las copiosas nevadas de los últimos días. Varios estados, entre ellos Illinois, experimentaron temperaturas inferiores a las de la Antártida.

Hubo más frío que en Siberia y la foto del lago Michigan, con las orillas convertidas en un muro de hielo, no deja lugar a dudas. El calentamiento global no puede ser cierto, aunque la ciencia jure lo contrario. La gélida calamidad de los últimos días concede la razón a los impulsores (y beneficiarios) de la energía tradicional. ¡Vivan los gases de efecto invernadero!

Pero los científicos, incluidos los del gobierno estadounidense, no encuentran contradicción entre las bajas temperaturas y el calentamiento global. Por el contrario, fenómenos tan inusuales como las violentas nevadas de los últimos días en el corazón de los Estados Unidos podrían ser más frecuentes debido al aumento en la temperatura del planeta.

El Acuerdo de París sobre cambio climático se propone limitar el incremento en las temperaturas a 1,5 grados Celsius. Un aumento adicional de medio grado causaría daños irreversibles, dice el Panel Intergubernamental de la ONU, pero semejante alza en la temperatura promedio del planeta no acabaría con las temporadas frías donde ocurren. Contribuiría, en cambio, a la evaporación del agua y el aumento de la humedad en la atmósfera. La conjunción de humedad y bajas temperaturas –con las cuales podemos contar aunque el calentamiento global alcance niveles catastróficos– producirá nevadas, probablemente más intensas.

Con esa apabullante sencillez, la Administración Nacional del Océano y la Atmósfera (NOAA, por sus siglas en inglés) explica la contradicción advertida en los más altos niveles del gobierno del cual forma parte. No es difícil imaginar la frustración de los científicos gubernamentales cuando se les acusa, implícitamente, de ser crédulas víctimas de una argucia china. Conocedores de los peligros del cambio climático, deben temblar cuando el presidente expresa el deseo de un poco de calentamiento global para escapar de las incomodidades causadas por las bajas temperaturas.

El cambio climático provoca sequías tanto como inundaciones y las nevadas son más violentas a consecuencia del calor. Mientras terminamos de entenderlo, es mejor guiarnos por la ciencia.

Armando González es director de ‘La Nación’ y editor general de Grupo Nación.