El otro día leí un comentario y me pareció muy sensato. Decía que, para resolver los problemas originados por la pandemia, no solo se necesitan doctores que curen o economistas que recomienden políticas económicas.
Se necesitan psicólogos para lidiar con la salud mental de la gente, administradores e ingenieros industriales para pensar los procesos de gestión de manera distinta, antropólogos y sociólogos que nos ayuden a entender las necesidades de la gente y tomarlas en cuenta, politólogos y expertos en manejo de conflictos para diseñar equilibrios políticos. Y ponerlos a conversar.
Así, podríamos seguir con muchos oficios y profesiones, cuyo saber y hacer son necesarios para enfrentar los problemas concretos que padecemos.
Porque, pensando en esos problemas, una vía es insistir en las recetas de siempre para encarar situaciones extraordinarias como las actuales; otra es pensar innovadoramente en cómo nos planteamos esos problemas y, también, cómo buscamos las soluciones.
Por ejemplo, la interrogante “¿qué hacer con el problema fiscal?” inevitablemente conduce a una discusión ortodoxa entre quienes abogan por recortes de gasto y quienes procuran más impuestos, o una mezcla de ambos. La pregunta, así formulada, hace abstracción de los problemas concretos que necesitamos resolver, pues, después de todo, lo fiscal no es un mundo aparte: está presente en toda política pública.
Reconocer que el camino, quizá va por otro lado, puede ayudarnos a pensar soluciones más atentas a las necesidades de desarrollo del país y de las personas.
Pongo ejemplos: en vez de hablar del “problema fiscal”, así, en general, propondría resolver asuntos como estos: ¿Cómo hace el MEP para ampliar la cobertura y calidad de la educación preuniversitaria con un, digamos, 10 % menos de recursos? ¿Cómo mejorar la sostenibilidad, universalidad y calidad del sistema público de salud en condiciones en las que su financiamiento se deteriora? ¿Cómo fondear y desarrollar a corto plazo una red universal de Internet de banda ancha, que conecte hogares, empresas e instituciones públicas en un escenario de crisis fiscal?
Sería bueno resolver así, con mentalidad práctica, un conjunto más amplio, pero seleccionado, de problemas estratégicos e invitar a personas a pensar soluciones. Seguramente, la diversidad de perspectivas desafiará las recetas de siempre.
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El autor es sociólogo.