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En Guardia

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El Presupuesto para el 2014 me causó una triple impresión: asombro, grima y desazón. Asombro, por el abismal monto involucrado: ¢6,6 billones (o más); grima, por el punzante el déficit fiscal: 6,2% del PIB; y desazón porque, en vez de mejorar, vamos a pique.








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