En guardia: Mueller lanzó una papa caliente

El informe de Mueller dejó más dudas que respuestas y las conclusiones serán usadas para remojar molinos demócratas y republicanos.

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Robert Mueller lanzó una papa caliente al Congreso norteamericano. Su informe dejó más dudas que respuestas y las conclusiones serán usadas para remojar molinos demócratas y republicanos.

¿Fueron él y sus pares imparciales en sus pesquisas? ¿Prolongó la investigación para influir en las elecciones de medio período? No está claro. Aunque amasa una distinguida carrera profesional y sirvió en el FBI en los gobiernos de Bush, Clinton y Obama, no quiso indagar sobre los orígenes de la investigación rusa ligada al controvertido Steele dossier (pagado por los demócratas) que fue base para autorizar escuchas a la campaña republicana. El test final vendrá al comparecer ante el Congreso. Ahí se verá si actuó jurídicamente o con cálculo político.

Sus principales conclusiones son dos: exoneración total a Trump por la supuesta conspiración y exoneración parcial por el cargo de obstrucción de la justicia. Si bien no encontró suficientes razones (dolo, en nuestra juerga) para indiciar, tampoco las halló para absolver. Más bien, enlistó una decena de hechos que podrían interpretarse como tentativa de obstrucción, motivada, según él, por su desesperación, pero que no se concretó. Lo cierto es que nunca fue removido del cargo y pudo completar su informe sin interferencia de la Casa Blanca.

¿Por qué Mueller, tan curtido en derecho penal, optó por no indiciar al presidente cuando conocía los hechos y las leyes relevantes? Pienso que le dio el beneficio de la duda o, quizás, se sintió muy comprometido, pues nunca es fácil enjuiciar a un mandatario en ejercicio por la crisis institucional subsiguiente. Entonces, prefirió lanzar la papa caliente al Congreso.

Los demócratas habían apostado por Mueller para deslegitimizar la elección del 2016, pero no lo lograron. ¿Qué harán, entonces, con esa papa caliente? ¿Dejarán que los electores lo decidan en el 2020? Están divididos (como en muchas otras cosas): la izquierda quiere sangre ya, pero el ala conservadora prefiere evitar el fiasco republicano con Bill Clinton, cuando el impeachment rebotó en el Senado y perdieron la elección. Revindicado Trump de la conspiración, difícilmente prosperaría un juicio político de obstrucción de justicia por un delito no cometido (Obstruction of Nothing, según el Wall Street Journal). El informe no dice nada nuevo que no habrá sido descontado por el electorado. Pienso que en el 2020 habrá otras razones de más peso para rechazar o reelegir al presidente.

jorge.guardiaquiros@yahoo.com

El autor es abogado y economista.