Columnistas

El totalitarismo de la belleza

Donde el arte renuncia a ser bello, se comprende que la gente comience a buscarlo, y encontrarlo, en la calle, ¡y ciertamente en el fútbol!

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Uno de los rasgos de la modernidad, la posmodernidad y eso que algunos filósofos llaman hoy hipermodernidad o posposmodernidad, ha sido la transformación de la totalidad de la superficie social en sustancia estética.








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