Revisar cada mes el informe sobre el rendimiento de los fondos de pensión se convirtió en una experiencia espeluznante, de dientes apretados, para quienes tienen un ahorro adicional con miras a un retiro holgado.
Por más que las operadoras llamen a la calma a sus clientes, las estrepitosas pérdidas que se reflejan en los estados de cuenta provocan una creciente ola de preocupación.
¿Cuándo se detendrá la caída? ¿Podría perderse todo el dinero ahorrado a lo largo de una vida? ¿Se recuperará algo de lo perdido? Las preguntas son muchas y las respuestas, insuficientes.
En setiembre pasado, las pérdidas en los rendimientos de las inversiones realizadas con el dinero de los 2,9 millones de afiliados se agudizaron y dejaron un hueco de ¢800 millones respecto a agosto.
Para quienes llevan más años aportando al Régimen Obligatorio de Pensiones (ROP) o para algún fondo voluntario, el último resultado significó la desaparición de millones de colones de sus cuentas.
Este tremendo golpe se suma a otros recibidos en meses anteriores y a los que seguramente vendrán en el futuro, pues todavía no se ve la luz al final del túnel.
Las operadoras de pensiones complementarias (OPC) y las autoridades del ramo insisten en que las pérdidas contables se van a recuperar más adelante si no se toman medidas precipitadas.
Efectivamente, trasladarse de operadora en este momento sería un pecado mortal porque, entonces, las pérdidas sí se materializarán a la hora de hacer la liquidación de las aportaciones.
No obstante, existe un grupo de 250.000 personas que ya no cuentan con tiempo ni muchas opciones para recuperarse, pues se encuentran muy cerca de jubilarse.
Para ellos, el desplome en los rendimientos del ROP implica una baja en el monto inicial de la pensión y, por tanto, un deterioro en las expectativas sobre su calidad de vida durante el retiro.
Frente a este panorama tan incierto, ya no es suficiente con que las OPC emitan un estado de cuenta mensual o envíen una explicación sobre las causas de la caída en los rendimientos.
Es importantísimo explicar al afiliado, con el máximo detalle, claridad y frecuencia posibles qué acciones concretas están tomando para prevenir que su ahorro se haga cada vez más chiquitico.
El autor es jefe de información de La Nación.