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El agua es el principio de todo, decía Tales de Mileto. (L. CALCADA & OLGA CUCCIATI/AFP)
Existen varias hipótesis agrupadas en orden cronológico sobre el origen del agua en el universo y, específicamente, en la tierra. El hidrógeno fue formado tras el big bang (la gran explosión) y el oxígeno en el interior de las estrellas, mientras la química interestelar en las nubes más frías en el universo generó una gran cantidad de compuestos, entre ellos el agua.
La primera hipótesis fue que conforme la tierra primitiva se fue enfriando apareció el vapor de agua en la atmósfera, el cual se condensó y permitió que se produjeran las lluvias para formar los océanos y, con ello, el ciclo hidrológico.
La segunda apunta a que el agua de la tierra se pudo haber formado por las reacciones químicas del manto interior del planeta y, la tercera, se fundamenta en que el agua llegó a nuestro mundo a través del choque de asteroides que la transportaban.
Acerca del origen de la vida, lógicamente, muchos creen en la génesis en el mar, hace unos 3.700 millones de años; no obstante, las primeras formas de vida en el ambiente acuático no eran océanos ni mares, sino una sopa primigenia, pero la vida sí se inició en el agua.
Con respecto al origen de los seres humanos, conforme a la historia de la humanidad, existe la visión mística y religiosa o antropogonía, que se lo atribuye al acto de voluntad de uno o varios dioses. Por otra parte, gracias al desarrollo de la ciencia, surge la visión científica, abordada en varias disciplinas, entre ellas, biología evolutiva, genética, antropológica, física y paleontológica.
Según la hipótesis científica, el Homo sapiens aparece en África hace unos 200.000 años, tras un proceso evolutivo de millones de años. En ese proceso, los seres humanos siguen el camino del agua para su supervivencia y el asentamiento de las diferentes civilizaciones.
El filósofo griego Tales de Mileto afirmaba, en el año 640 a. C., que el agua era el principio de todo, el elemento básico del universo que producía todas las cosas, como las plantas y los animales, y estos no eran otra cosa que agua condensada bajo diferentes formas y que se convertían nuevamente en agua cuando morían.
“Sencillamente, el agua es el fundamento de la vida porque la vida ha nacido en ella; es, pues, la base de todo lo vivo, es decir, es el principio de todo lo que existe”, aseguraba.
En la película Avatar II se indica que el agua es el hogar antes del nacimiento y después de la muerte. El agua conecta todas las cosas, la vida y la muerte.
El agua se formó antes que el sol y la tierra, y es testigo de la evolución del universo, por lo que la preservación de la biodiversidad está vinculada a un uso equilibrado mientras seguimos el camino del agua.
El autor es microbiólogo y salubrista público, director del Laboratorio Nacional de Aguas del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA).