De frente: Sí se puede

Hay que darle crédito a la administración Alvarado por las medidas anunciadas de contención del gasto. No son suficientes, pero son un buen primer paso en la dirección correcta.

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Hay que darle crédito a la administración Alvarado por las medidas anunciadas de contención del gasto. No son suficientes, pero son un buen primer paso en la dirección correcta. El gobierno tiene una magnífica oportunidad no solo de poner orden en las finanzas estatales y evitar una crisis, sino también de potenciar el crecimiento económico a mediano y largo plazo.

El tiempo apremia, pero todavía hay espacio para hacer bien las cosas. Primero, se debe enviar un “shock de confianza” a los mercados de que la política de austeridad va en serio. Lamentablemente, los observadores externos –en particular las calificadoras de riesgo– tienden a ser escépticos de los anuncios de contención del gasto. Creen que tarde o temprano los gobiernos aflojarán su disciplina fiscal y por eso ven con mejores ojos las medidas que aumentan los tributos.

Pero como señaló Jorge Guardia en su última columna, la evidencia empírica –tanto nacional como internacional– nos indica que los ajustes basados en más impuestos no solo perjudican la economía, sino que tienen un magro récord en resolver la situación fiscal. El “shock de confianza” debe darse del lado del gasto, pero para ser creíble se requieren medidas de mayor calado y que adquieran el rango de ley.

Los partidos de oposición demandan señales concretas en ese sentido antes de discutir nuevos impuestos. La administración Alvarado debe tomarles la palabra y enviar primero –y por separado– el paquete de reformas al gasto, incluyendo la ley de empleo público y la regla fiscal. Les tocará –especialmente al PLN y PRN– demostrar que están hablando en serio.

El “shock de confianza” daría espacio para diseñar una reforma tributaria cuya naturaleza no sea fiscalista, sino pro crecimiento y eficiencia: introducir un IVA al 13 %, pero establecer la reducción de la tasa al 10 % o menos conforme pase la emergencia fiscal; bajar gradualmente el impuesto de renta corporativa al promedio de la OCDE para incentivar la inversión; gravar sectores exentos como las cooperativas, etc.

El período en que más aumentaron los ingresos tributarios (2004-2008) no fue tras la aprobación de un paquete de impuestos, sino cuando la economía creció a un 5,6 % anual. Por eso, la consolidación fiscal con reactivación económica debe ser el norte de la administración Alvarado. Hay razones para un cauto optimismo.

jhidalgo@cato.org