Columnistas

Ciudad hostil del caos vial

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El viernes pasado tardé dos horas y diez minutos en llegar desde mi casa en Montes de Oca a una actividad por el Cariari. No hubo ningún incidente en particular, sino, simplemente, demasiados carros en las vías. Arribé a la hora del burro. Una vez concluida mi participación, tardé otros 40 minutos a la oficina, pues, esta vez sí, había una manifestación en la autopista General Cañas. En resumen, de cuatro horas laborables estuve casi tres comiendo uñas en un carro. Productividad cero.








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