Una de las peores cosas que le puede ocurrir a un diputado es perder la autoridad moral para cuestionar, para pedir cuentas y para realizar control político.
El miércoles, el plenario legislativo fue escenario de un vergonzoso episodio que le arranca otro pedazo más a la roída investidura de algunos congresistas.
Con pasmosa falta de elegancia y respeto, varios de ellos dejaron plantado al ministro de Salud, Daniel Salas, a quien citaron para interrogarlo acerca de la campaña de vacunación contra la covid-19.
Aunque 44 diputados apoyaron la moción para pedir explicaciones al jerarca por la lentitud en el proceso de inoculación, ese día ni siquiera llegaron los 38 requeridos para iniciar la sesión.
Un total de 22 legisladores no asistieron a la tan esperada comparecencia. De acuerdo con la presidencia del Congreso, nueve tenían permiso para faltar, pero los otros trece, no.
Ante tan penoso espectáculo, algunos jefes de la oposición no sabían ni dónde meterse, porque la gran mayoría de los ausentes pertenecían a sus fracciones.
Claro, posiblemente, ellos tienen patente el inevitable efecto búmeran que golpeará sus tiendas, como consecuencia de una torpeza que quedó grabada en la retina del ojo público.
De nuevo, por sus propias incongruencias, los diputados se quitan el traje de jueces cuestionadores para subirse por su propia voluntad al banquillo de los cuestionados.
¿Tienen realmente interés en escuchar al ministro? Alguien que no llega a trabajar, ¿tiene altura moral para cuestionar a otro porque se atrasa? ¿Cuánto le cuesta a los contribuyentes que se convoque una sesión y esta no se lleve a cabo?
El Congreso le debe una disculpa al ministro Daniel Salas, pero también al país, porque hizo perder tiempo valioso a uno de los principales líderes en la lucha contra la pandemia.
Sin duda, resulta necesario y saludable que el jerarca rinda cuentas y responda todos los cuestionamientos sobre la marcha de la campaña contra la covid-19.
Ojalá el próximo lunes se detenga la charanga en el alto de Cuestas de Moras para escuchar las explicaciones que los costarricenses estamos ansiosos de oír en este momento crucial.
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