Buenos días: Tiempo para sonreír

Más allá de una reactivación económica, tal vez urge una reactivación mental para ahuyentar el ánimo sombrío que envuelve al país.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Me la topé en un supermercado. Sin preguntarle nada, ella se acercó con su carrito de compras y me contó que acababa de quedarse sin empleo.

Podría tener más de 60 años. Me dijo que se dedicaba a cuidar a una adulta mayor que falleció recientemente y que andaba en busca de trabajo.

“Yo le hago a todo. Cocino muy rico, plancho, limpio y, si tengo que cambiarle el pañal a un adulto mayor, lo hago sin problema”, relató con orgullo.

Doña Lilly (así me dijo que se llamaba) espera colocarse pronto porque mandó un “montón de currículos”. Se despidió de mí con una sonrisa y un “Dios lo bendiga”.

El breve encuentro con esta mujer me dejó una profunda enseñanza.

Aunque doña Lilly hoy forma parte de los casi 300.000 costarricenses que están desempleados, su actitud proyecta esperanza, empeño e iniciativa.

Todos deberíamos contagiarnos de su espíritu optimista, como primer paso para comenzar a ahuyentar el ánimo sombrío que envuelve al país.

Un reciente estudio de la Escuela de Economía de la Universidad de Costa Rica (UCR) reveló que la confianza del consumidor decayó en los últimos seis meses.

El pesimismo provoca menos consumo, lo cual, a su vez, tiende a deprimir la producción, generar más desempleo y elevar la pobreza.

¿Cómo podremos salir de este círculo vicioso? Tal vez llegó la hora de sonreír para sacudirnos la actitud negativa, para aclarar la mente y para suscitar ideas frescas.

Tal vez llegó la hora de dejar de esperar a que los demás cambien y de empezar nosotros mismos a modificar nuestro estado de ánimo para atraer vibras positivas.

Tal vez llegó la hora de acercarnos, de unirnos, de sumar esfuerzos para impulsar soluciones conjuntas a los problemas que nos amenazan como sociedad.

Tal vez, más allá de una reactivación económica, lo que urge sea una reactivación mental para iniciar una onda expansiva de prosperidad y crecimiento.

“Al mal tiempo, buena cara”, recomienda el adagio popular. Doña Lilly nos muestra cómo dar ese difícil primer paso. ¿Y cómo podemos darlo nosotros? Tal vez, empezando a sonreír.

rmatute@nacion.com

Twitter: @RonaldMatute

El autor es jefe de Información de La Nación.