Buenos días: Paraíso de fiascos

¿Por qué políticos y funcionarios invierten dinero público en negocios que generan pérdidas millonarias y quedan impunes?

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Costa Rica es el paraíso de los malos negocios públicos, pues, por más millonarias que sean las pérdidas, resulta imposible sancionar a los responsables.

Con los dedos de una mano se cuentan quienes han ido a prisión por el manejo negligente del dinero público.

De hecho, los grandes fiascos pasan al olvido, prácticamente disculpados, porque el Poder Judicial, con su Ministerio Público, su Organismo de Investigación Judicial y muchos de sus jueces, cae en un tortuguismo que favorece la impunidad.

Un repaso de algunas pifias da una idea de cuán millonario es este país y cuánto ha perdido. La pifia más conocida es la del MOPT.

Digamos que «calculó mal», en 80 metros, el punto de conexión de la carretera de acceso al megapuerto de Moín. Enmendar ese megaerror costó $14 millones.

El MOPT también botó $5,5 millones al comprar cuatro plantas —ahora sin uso— para producir asfalto, pues luego se dio cuenta de que hacerlo por sus medios era más caro. Además, desperdició dinero en reparaciones inservibles en el puente «de la platina»: $4 millones al río.

En el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), al que todos apreciamos, salvo muchos de los que están ahí dentro, tienen un historial de desmanes.

La hidroeléctrica El Diquís es el icono: se volaron $146 millones y nunca se construyó.

Le sigue Cable Visión, el negocio comprado en $12 millones que ha dejado pérdidas por más de $10 millones.

Japdeva engrosa la lista: $16 millones al mar en la compra de dos grúas que, cuando sirven, no tienen barcos que atender.

Sume otros $35 millones de la indemnización a la constructora brasileña OAS solo porque un grupo de ramonenses «expertos en carreteras» boicotearon el proyecto en el 2013. Y aún no hay autopista.

Agregue los $86 millones perdidos en Bancrédito, los $50 millones que se esfumaron en el plan de Recope para construir una refinería en Moín junto con China.

Mejor parar porque la lista es para llorar. Tanto derroche, tanta negligencia y tanta impunidad denunciada, pero sin sanción, deberían llevar al Poder Judicial a apretar tuercas, pues, por dejar pasar, por disculpar tanta negligencia es que este país es un paraíso para malgastar el dinero público.

amayorga@nacion.com