Se equivocaron de objetivo. A quienes más han afectado los huelguistas con la suspensión de algunos servicios es a los costarricenses más vulnerables: a los niños y adolescentes que estudian en escuelas y colegios públicos y a los pacientes de hospitales de la CCSS.
Aquellos alumnos que acuden a centros privados, siguen en las aulas, superándose, sin sufrir ningún perjuicio. La brecha entre la educación pública y privada se ensancha entre más dure el paro. Aquellos ciudadanos que pueden pagar servicios de salud privada, reciben sus medicinas y tratamientos. Su salud irá en mejoría. La de aquellos que quedan sin atención en hospitales de la CCSS, obviamente, en desmejoría.
Johanning Quesada Umaña, de 61 años, el paciente del San Juan de Dios que esperó dos años por una cirugía prostática, es una víctima de la inhumanidad de sindicalistas.
Un problema en la próstata es cosa seria a esa edad y, aún así, le suspendieron la operación que tenía programada para el lunes. El señor se niega a salir hasta que lo operen... está en todo su derecho de no abandonar la cama hasta que lo atiendan. Él abonó cuotas, pagó para mantener salarios de los huelguistas. Johanning, no permita que le atropellen más. Reclame ser operado y, si es del caso, exija que la Caja se vea obligada a pagar su cirugía en un hospital privado. Su salud está primero que una huelga. Y la CCSS, que demande el cobro de los costos a los sindicatos que impiden la atención.
La salud es un servicio esencial y estos dirigentes merecen sanción, incluso penal, por irrespetar la Constitución Política a costa de la vida y de la salud de las personas que no tienen dinero para ir a un hospital privado.
En mi caso, no quiero pagar más impuestos, pero lo acepto a cambio de que la reforma fiscal ponga topes a pluses irracionales que no paran de crecer, como la anualidad, que prácticamente se gana cualquier funcionario (y sindicalista) por estar sentado en una silla. ¿Cómo es que nos les exigen cumplir objetivos para ganarse el plus?
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El plan fiscal cambia eso y, por eso, acepto pagar más impuestos. Lo que no admito es seguir engordando la billetera de huelguistas que hoy atentan contra los costarricenses de menos ingresos.
Armando Mayorga es jefe de Redacción de La Nación.