Las promesas para estos cuatro años son muchas: avanzar con el tren rápido de pasajeros, con la ampliación de la ruta 27 bajo el esquema de concesión, con las carreteras San José-San Ramón, a San Carlos, a Limón, a Cartago y el tramo Cañas-Barranca...
Esa larga lista la enumeró el presidente Carlos Alvarado en su discurso de inauguración, el martes, al ofrecer impulsar estas obras tan necesarias no solo para mover la economía, sino para dar mejor calidad de vida a todos los ciudadanos que sufrimos a diario el congestionamiento.
El reto del gobernante es enorme porque comienza por poner a trabajar, a moverse, al Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) y al Consejo Nacional de Concesiones (CNC), todos con fama –bien ganada– de tener costos mayores a su rendimiento.
El reto de quienes laboran en estas entidades es comprender que el hartazgo de los costarricenses por su improductividad ya llegó al tope; deben comprender que su ineficacia favorece que todo proyecto se lleve más tiempo en construcción y salga mucho, muchísmo más caro.
El reto del Poder Ejecutivo, y de los 57 diputados, es decidir que las finanzas públicas no están para elefantes blancos y, si una entidad no funciona, se le reconvierte para bien o desaparece.
El nuevo ministro de Obras Públicas y Transportes, Rodolfo Méndez, lo dijo muy claro: “El MOPT tiene una planilla de ¢50.000 millones al año. Yo pregunto: ¿Qué hace el MOPT?” con sus 4.000 empleados. De igual forma reaccionó cuando tocó al CNC: “Entiendo que tienen como 60 funcionarios y el presupuesto anual es de ¢6.000 millones. La pregunta es: ¿Qué producen esos 60 funcionarios?”. No se sabe.
Luis Guillermo Solís, poco antes de dejar el cargo, fue más desconfiado: “Yo no me imagino, por ejemplo, al CNC sacando a licitación el aeropuerto metropolitano en Orotina, de Alajuela... no tendría la capacidad para ello”. Si no la tienen, ¿para qué existen?
LEA MÁS: Sentido de urgencia
Lo que hace falta, entonces, son decisiones. Decisiones de un nuevo presidente que ilusiona con la promesa de sacar al país del adormecimiento y decisiones de las instituciones, y sus funcionarios, para que pongan en su boca el “sí se puede”.
amayorga@nacion.com
Armando Mayorga es jefe de Redacción de La Nación.