La incitación a protestas estudiantiles, convertida en bloqueos de traileros y sindicatos, tiene hilos entrelazados.
El hilo más preocupante es el de los colegiales, todos menores de edad, y sus vínculos con sindicalistas y políticos. Esto es peligroso y hasta éticamente cuestionable por tratarse de adolescentes.
Un caso es el del muchachito de 16 años, del Liceo de Heredia, que lanzó el perfil Resistencia Nacional Estudiantil, desde el cual, con conocimiento de las redes sociales y tergiversación, instigó a colegiales, desde el 1.° de junio, a exigir la destitución de Edgar Mora.
El 20 de junio, la página fundada por el adolescente publicó: “Desde hoy los estudiantes nos declaramos en huelga indefinida”. Ese mismo día terminaba su “trabajo comunal” de un mes en la oficina del diputado fabricista Jonathan Prendas.
Un día antes, llamaba al desorden en las calles, micrófono en mano, con su “representante legal” detrás, un hombre de traje entero a quien presentaba como su abogado. Solo no está. Adultos colaboran en su causa denominada “estudiantil”.
Varios días antes, Resistencia Nacional Estudiantil decía no tener vínculos con partidos o políticos. Falso. El muchachito colaboró en la campaña de Fabricio Alvarado y hasta se tomó foto con el entonces candidato, al que llamó “mi amigo”, la cual publicó en Facebook.
En la página, se vanagloria de que su “único aliado” es el Movimiento Estudiantil de Secundaria (Medse), otro perfil de Facebook cuyo “presidente” tiene 17 años.
Los dos jovencitos son cercanos al sindicalista Albino Vargas, de la Asociación Nacional de Empleados Públicos (ANEP), quien los presentó en una conferencia de prensa conjunta y con los cuales se ha reunido antes y después de las protestas, fotos en Facebook incluidas.
Tanto Resistencia como Medse comenzaron a mover en sus perfiles “para colegiales” el discurso sindical contra proyectos de ley como el de reforma al empleo público o el que pone límites a las huelgas, asuntos sin relación con la dinámica colegial. La influencia sindical es directa, y la política ni se diga. No están solos. Adultos con colmillo, con resentimientos políticos, están detrás de ellos.
Lo moral, lo legal, es que saquen sus manos de movimientos pseudocolegiales porque en este momento se les ve como marioneteros, agitanto los hilos.
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Armando Mayorga es jefe de Redacción de La Nación.