La Asamblea Legislativa acaba de estrenar 57 inquilinos. Ojalá estos diputados tengan el discernimiento para comprender que no son dueños de esta casa en Cuesta de Moras, sino habitantes de paso en los que se confía su cuidado.
Serán apenas cuatro años en los cuales un pacto tácito firmado por ellos indica que harán lo imposible por engrandecer su señorío con buenas conductas, dentro y fuera.
Algunas normas básicas:
1. Esta casa no es para traer a trabajar a sus parejas, hijos, hermanos y más parentela. El nepotismo no solo se ve mal, sino nada moral.
2. En esta casa, los carros y choferes son para asuntos de trabajo, no para ir a una mejenga un sábado por la tarde a Puntarenas.
3. En esta casa se vigilan pagos de horas extras de choferes y sus viáticos para llevar la cuenta de esa mejenga.
4. En esta casa se sirven café, bocadillos y frutas y, si no les gustan, traigan merienda, pero nunca se les ocurra decir que les damos “basura”.
5. En esta casa no se aceptan gritos y, menos, se le tolerará a uno de ustedes que exija la renuncia de un ministro solo porque la Policía le detuvo a una hija en una riña.
6. En esta casa está prohibido salir a visitar jerarcas para pedir favores y, menos, acompañar a una esposa a la oficina de un ministro para pedirle que libere a su esposo que descuenta una pena por violación de una menor.
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7. En esta casa cada uno recibirá las dietas por cada sesión a la que asista; pero nunca cobrará por reuniones en las que estuvo ausente. ¿A quién se le ocurre recibir ¢82.000 por 12 sesiones a las que no acudió?
8. En esta casa, el salario de los asesores se pagará completo, sin deducciones para “el partido”. Si las van a exigir, que las hagan públicas .
9. En esta casa, nadie hará perder el tiempo de las comisiones investigadoras –como la del BCR– con salidas de “domingo 7” o “preguntas” para gastar el tiempo.
10. En esta casa, ninguno volverá a obstruir proyectos para sancionar conductas de los mismos diputados.
Este decálogo tiene nombre y apellido: Abelino Esquivel, de Renovación Costarricense, quien ganó fama por incurrir en todas esas conductas. Entró por la puerta grande y salió por el patio.
amayorga@nacion.com
Armando Mayorga es jefe de Redacción en La Nación.