Caminar por algunos centros comerciales da tristeza. Sus pasillos son más de los sitios donde se asoma la desaceleración económica. Locales donde antes se vendía ropa, tenis, lámparas, celulares o comida están cerrados, tapados por mantas o rótulos de “se alquila”.
En la calle pasa lo mismo. La incertidumbre crece no solo de boca en boca, sino en las mismas noticias y ese desasosiego se confirma en estadísticas, en estudios que dan una idea del sufrimiento que pasan miles de personas.
El sábado, por ejemplo, La Nación publicó que van en aumento las propiedades que los bancos recogen porque quienes las adquirieron no pudieron pagar los créditos. “El principal disparador parece ser el escaso dinamismo económico y el desempleo relativamente alto”, explicó el superintendente general de entidades financieras, Bernardo Alfaro.
Este diario también publicó el domingo cómo el desempleo, que va en aumento, se ensaña, sobre todo, con los más jóvenes que no lograron ir a la universidad. Y, ayer, informamos sobre cómo a 35.000 desocupados la espera por hallar un trabajo se les prolonga por un año o más.
La situación tenderá a complicarse a partir de julio, cuando entre la reforma fiscal, pues regirán nuevos impuestos y los patronos están cautos “por ver qué pasa”.
La Encuesta de Expectativas Empresariales, de la UCR, lo adelantó: 70% de los empresarios no anticipa cambios en planillas, 17% prevé despidos y solo 13% pronostica aumentar empleados.
En medio de un escenario tan desalentador, asusta que la pregonada reactivación económica no se siente.
El gobierno de Carlos Alvarado anunció la estrategia en setiembre, pero sus efectos son imperceptibles, su contenido es muy teórico y la comunicación es mínima. Por eso, el plan de reactivación urge de reactivación porque entre más pasen los días sin que dé efectos, más será la pobreza, el desempleo…
Es más, la reactivación no es solo cosa del Gobierno.
Los diputados hablan, con total desfachatez, de que es asunto de Casa Presidencial. Equivocados: ellos también son responsables, con aprobación de ley, entre ellas, eurobonos, de tomar decisiones para sacar al país de esta oscura noche en la que no vemos el amanecer.
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Armando Mayorga es jefe de Redacción de La Nación.