Columnistas

Amor y deseo

Una cosa como la otra son parte de esa urdimbre relacional que la pareja construye ritualmente a lo largo del tiempo.

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Hablaré desde el hombre o, para ser más exacto, del hombre que, inexplicablemente, lleva mi nombre. “La relación sexual debe ser una expresión del amor”. Estoy harto de oír esta frasecilla de almanaque. El amor es un marco que legitima, maquilla, glorifica y exculpa el deseo físico. El deseo no “expresa” el amor. Lo precede, es telúrico, simple e irreductible. Se puede desear “a primera vista” —de hecho tal suele ser el caso—. El amor, en cambio, solo existe en el tiempo, en la dilatada perspectiva de la convivencia. No es habitualidad, es la vida enredando sus hilos. De nuevo, el deseo —inmediato, primal— no puede “expresar” algo que todavía no es, algo que aún no conoce. La atracción sexual antecede en mucho el acto de amar.








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