Una nueva alianza parlamentaria flexionará sus músculos esta semana con la aprobación del presupuesto ordinario de la República para el 2016. A diferencia del año pasado, cuando el entonces presidente legislativo Henry Mora recurrió al manual de estilo bolivariano para dar por aprobado el plan de gastos a pesar del voto negativo de una mayoría de diputados, en esta ocasión se espera una holgada votación favorable gracias al contubernio PLN-PAC-FA.
El balance de fuerzas en Cuesta de Moras ha mutado significativamente desde el 1.° de mayo cuando un bloque opositor se hizo con el control del Directorio bajo un acuerdo público que explícitamente prometía la racionalización del gasto estatal.
En todo momento se supo que la prueba de fuego de dicho pacto sería la tramitación del presupuesto en la Comisión de Hacendarios.
Esta vez, la oposición contaba con los votos –y supuestamente la voluntad– para meterle tijera al previsiblemente dispendioso plan de gastos que enviaría el Poder Ejecutivo.
Sin embargo, llegada la hora, el presupuesto salió de la comisión sin rasguños –con un recorte de apenas un 0,025%– gracias a los votos del oficialismo (PAC-FA), el PLN y los dos peones que Zapote tiene en la oposición: Abelino Esquivel (RC) y Jorge Rodríguez (PUSC).
La alianza de los liberacionistas con los partidos de gobierno también se vio reflejada en el rechazo al proyecto que planteaba eliminar el “enganche” salarial que beneficia a los profesionales en ciencias médicas y en la oposición recalcitrante a cualquier revisión al monto de la transferencia a las universidades estatales.
¿Debería sorprendernos que el PLN se alíe con el oficialismo para mantener privilegios en el sector público y aprobar un presupuesto que eleva el déficit a un 6,9% del PIB? Únicamente si nos sorprende que el alacrán aguijonee a la rana a la mitad del río. ¡Es su naturaleza!
El PLN es el padre del desastre fiscal que nos agobia; es el partido cuyos gobiernos firmaron 17 de las 25 convenciones colectivas en vigor y bajo los cuales se estableció la mayor parte de los 97 tipos de incentivos salariares que hay en el sector público.
Aun así, los detalles del subrepticio pacto PLN-PAC-FA son un misterio. ¿Incluye la aprobación de los impuestos con los que saliva el Ejecutivo? ¿Habrán negociado la presidencia legislativa para el diputado que transó por el PLN?
Sin duda debemos tomar nota de esta flamante alianza por la irresponsabilidad fiscal.
Juan Carlos Hidalgo es analista sobre América Latina en el Cato Institute con sede en Washington. Cuenta con un BA en Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional y una maestría en Comercio y Política Pública Internacional del George Mason University.