Costa Rica está de luto por el fallecimiento de tres turistas, dos mujeres jóvenes estadounidenses y un joven suizo de 25 años, en el accidente ocurrido en Miramar de Montes de Oro. El conductor del microbús intentó adelantar a un tráiler que cargaba cuatro toneladas de azúcar. También él falleció.
Eran tres amigas; solo una regresa a su país. Una verdadera tragedia humana: personas que dejaron atrás el clima frío de sus países e ingresaron al nuestro con la ilusión de disfrutar el clima cálido, la naturaleza y el mar.
Los altos estándares turísticos de Costa Rica, reconocidos a escala mundial, les hizo presumir que las medidas de seguridad son adecuadas y podrían disfrutar tranquilos su estancia. Nunca previeron que sus sueños y sus vidas iban a quedar truncados.
Las autoridades investigan todos los aspectos del accidente, que afecta la imagen del país. Ojalá sirva para sentar un precedente que conduzca a una estricta selección del personal que presta servicios al turista. Así se evitará la repetición de accidentes como el que ahora nos conmueve y causa sufrimiento a familiares y amigos de los fallecidos.
Silvia Gagneten Barbetta, Rohrmoser
Debates políticos
El debate político en nuestro país se ha convertido en la “aniquilación moral” del adversario, en el descrédito sin justificación para destruirlo.
Lamentablemente, esas actitudes se alimentan con los aplausos de muchos que usan las redes sociales para satisfacer sus bajos instintos.
Freddy Solano Rojas, Río Segundo
Mal ejemplo
La reciente participación del alcalde de Tibás en una sesión solemne del Concejo es el peor acto democrático de su vida institucional. Uno entiende que un concejo es una reunión de varias personas nombradas por elección para tomar decisiones en un cantón.
No puede ser un lugar donde se vulgariza hasta los niveles más bajos una discusión de los pros y los contras. Me llama la atención que los regidores y síndicos no pidan la destitución del alcalde. El ejemplo para el cantón de Tibás, en especial para la juventud, es peor que la pandemia.
Mario Valverde Montoya, San Rafael de Montes de Oca
Publicidad política
La eficacia de la publicidad política depende más de sus métodos que de los fines a los que se aplica. Dedicada desde su origen a magnificar a las personas y su obra, casi no hay idea, programa o gobierno que no utilice la publicidad o la comunicación en general como recurso influyente o dominante de la voluntad colectiva.
La publicidad política se pone a prueba en el proceso electoral, cuando se expresa como el laboratorio máximo de la opinión pública a partir de sus distintas corrientes.
En las sociedades democráticas como la nuestra, el consenso es indispensable para gobernar, promover y facilitar, también es la tarea de la publicidad, cuya virtud radica, generalmente, en alentar esperanzas.
Para esta publicidad, ningún voto es insignificante, de ahí su importancia al ponerla en práctica. Cada uno de los votos puede decidir el resultado. Cautivarnos se hace aún más difícil en vista de que los votantes de hoy buscan más que gobernantes. Buscan creer y confiar. Por eso, los investigadores aseguran que más que el mensaje, la confianza son las tres cuartas partes del voto.
Gustavo Halsband Leverato, San José
Evitar escándalos
Como dijo Álvaro Vargas, director de Aviación Civil, el nuevo aeropuerto en Orotina es una decisión política. Yo me atrevo a decir que los terrenos donde se piensa construir ya tienen nombres y apellidos por concepto de expropiaciones.
Es preferible ampliar el Juan Santamaría y así se evita un posible escándalo como el de Alcatel, la platina, la famosa trocha y el cemento chino.
Es hora de que los costarricenses nos demos cuenta de que estamos entre los países más corruptos de Centroamérica. A quienes saben cómo se maneja la justicia aquí, poco les importa llenar sus bolsillos a costa de los contribuyentes.
Fernando Cordero Alvarado, San José