Hay ocurrencias de ocurrencias entre nuestros legisladores, pero presentar un plan para entregar el dinero de la deuda política a los partidos políticos sin comprobar gastos es la más particular. Con tantos cuestionamientos acerca del uso del dinero de las campañas —como informó La Nación el 10 de febrero en la sección “El país”—, imaginen la fiesta que se haría si los comprobantes no fueran obligatorios: se organizaría un gran festejo con nuestros impuestos.
Debe darse el máximo control, especialmente si se trata de dinero público y, con mayor razón, debe presentarse y comprobarse cada gasto.
Si no les gusta, que no se involucren en política. Quejémonos por situaciones como estas o no nos lamentemos de lo que sucede en el gobierno y afecta al país.
Marjorie Camacho Calvo, Tibás
Sin boleto aéreo
Tengo un club pagado hace ya un año. Fui a las oficinas de Viajes Colón por un boleto y me dijeron que desde hace tres semanas están sin sistema y solo es posible dármelo si pago en efectivo.
Necesito que alguien responda por esta situación, pues tengo derechos adquiridos como cliente y, sobre todo, por haber abonado al club puntualmente.
Georgina Víquez Faith, San José
Un mes de espera
Banco Davivienda indicó durar 15 días para reintegrarme una tarjeta de débito. Cuando llamé, no habían hecho la gestión, por lo tanto, me vi obligada a esperar dos semanas más. Solicité hacer la entrega en el trabajo, y no fue así. Dije que la retiraría en la sucursal de San José, y la enviaron a la de Guadalupe. No hay agencia en Coronado, por lo cual los residentes debemos sacar grandes cantidades de dinero en los cajeros de otros bancos.
Lydia Isabel Marín Rodríguez, Tibás
Mucho por hacer
El presidente, Carlos Alvarado, y los diputados han debido enfrentarse a un gigantesco déficit, producto de la irresponsabilidad fiscal de gobiernos anteriores. Hay que reconocer tal esfuerzo y la firmeza manifestada ante grupos que han hecho lo imposible para seguir destinando los impuestos al financiamiento de sus odiosos privilegios.
Mucho ha salido muy mal en ese proceso, como el impuesto a los alquileres, cuya voracidad ha puesto cuesta arriba el desarrollo inmobiliario, fundamental para el crecimiento económico. Además, hay pluses que permanecen intactos, como el salario escolar, el cual significó solo este año un egreso para el Estado de ¢145.000 millones.
Falta mucho por hacer, pero la vía de los impuestos ya está agotada porque los costarricenses estamos asfixiados. Solo queda recortar más el gasto público e incentivar al sector privado para reactivar la economía. Si no ocurre así, el país se vendrá abajo y todo lo logrado habrá sido en vano.
Sergio Castillo Ramírez, San Vicente de Moravia
Interés nacional
El ministro de Hacienda no es un político, sino un destacado tecnócrata. Merece un voto de confianza. El gobierno debería vender el Instituto Nacional de Seguros (INS) y, por lo menos, uno de los bancos grandes. De ese modo, se amortizaría la deuda pública.
Mucho podría hacerse si los políticos no tomaran sus decisiones con base en el cálculo electorero, sino pensando en el interés nacional.
Sergio F. Solano Céspedes, Zapote
Costoso envío
Solicité el porte de una carta dirigida a mi hijo en Michigan, Estados Unidos, a Correos de Costa Rica en San Pedro. El funcionario me dijo que tardaría en llegar de 10 a 15 días y que, si me precisaba, optara por el envío premium. El costo era ¢12.000. Acepté y me pidió toda clase de información, incluso, debí llamar a mi hijo. Cuando fui a pagar, el costo subió a ¢22.000.
Jorge H. Jiménez Bustamante, Curridabat
Caminar y actuar
Sería conveniente que el alcalde de San José paseara diariamente por las avenidas y calles capitalinas y viera la suciedad, los vendedores ambulantes que no dejan caminar, las personas sin hogar por doquier y las presas debido a vehículos parqueados donde no deben. Cerca de los hospitales San Juan de Dios y el de Niños, abunda contaminación debido al exceso de buses luchando por entrar en la minúscula calle frente al edificio Orlich.
En los próximos años que seguirá en su eterna labor, el funcionario debería andar por la ciudad a distintas horas y luego convertir San José en una ciudad limpia, moderna, segura y agradable. Otras capitales del mundo lo han logrado y en menos tiempo. Es lamentable que ni siquiera organizara una terminal única de transportes para eliminar tantos buses.
Luis F. Van der Laat, San José
Pago de impuestos
La suma del IVA es esencialmente el PIB, por lo que el IVA es un cargo a la producción y al empleo. Una empresa que gana ¢100 millones al año tiene gastos por insumos de ¢20 millones del IVA, sueldos de ¢50 millones, cargas sociales de ¢20 millones, y le quedan ganancias de ¢10 millones (menos renta y otros impuestos). De los ¢13 millones que concede del IVA, se le devuelven ¢2,6 por los insumos.
El resto del impuesto lo salda la empresa por los rubros que no pagan IVA, como el seguro social. Retribuirá ¢6,5 millones por los trabajadores, ¢2,6 millones por la CCSS y ¢1,3 millones por las ganancias. Así, aumentan los gastos en cargas sociales de manera real.
El gasto adicional por el IVA encarece el trabajo y obliga al patrono a reducir la planilla. Si se le añade la competencia desigual con compañías nacionales o extranjeras subsidiadas o exoneradas, el panorama es desolador. La cantidad de negocios que han cerrado es mucha.
Silvia Hernández Arroyo, San José
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