El organizador de una prestigiosa carrera ciclista en Bélgica detuvo a una participante suiza porque estaba por alcanzar el pelotón masculino, que había salido 10 minutos antes que el de ella. La ciclista debió esperar que se restaurara la brecha que debía de existir entre ambas categorías.
La semana anterior, también leí que una marchista costarricense participó en una prueba de 50 kilómetros para unirse a la lucha contra quienes excluyen esta categoría femenina de los Juegos Olímpicos.
Sumo mi experiencia como madre, cuando hace algunos años tuvimos que insistir por apoyo para que las seleccionadas nacionales juveniles de baloncesto viajaran a representar al país a un premundial.
Estos ejemplos muestran que en los deportes, como en otras áreas, no hay equidad. La preparación de una persona va más allá del sexo. Falta mucho por cambiar.
Ana Catalina Araya Pereira, Tibás
Mal uso de la ciencia
No es la primera vez, ni la última, que los adelantos científicos, empleados amoralmente, dañan la humanidad. Ahora inventaron un artilugio en forma de diadema que avisa si los estudiantes prestan atención al discurso incoherente, desmotivante, confuso, muchas veces, del docente. Violando flagrantemente, en principio, el libre pensamiento del estudiante.
A mi juicio, el estudiante, por derecho, incluso por salud, puede desconcentrarse cuando, como la mayoría de las veces, el docente es incoherente, desmotivante, descontextualizado y aburrido. En esta situación, de nuevo, equivocadamente, se usa la ciencia, en general, y la neurociencia, en particular. Aparte de violar un derecho fundamental: el libre pensamiento. Vean si se han equivocado, que los docentes y sus sindicatos, ante tal hecho, ni en teoría lo permitirían. De nuevo, cobardemente, se toman medidas sobre quien no puede defenderse.
Carlos Masís Acosta, Cartago
Servicios sanitarios
Las llamadas autopistas, y sobre todo la ruta 27, en manos de una empresa privada, por ser un servicio que debemos pagar a un alto precio, debieran ofrecer las facilidades que el Ministerio de Salud y otras entidades obligan a todo negocio.
Me refiero a los servicios sanitarios. En una distancia entre San José y Caldera, debieran tener, al menos, dos zonas de descanso y contar con baños. Seamos considerados, sobre todo, con las mujeres, quienes necesitan más privacidad cuando tienen este tipo de necesidades.
Dagoberto Montero Mata, San José
Este domingo en la columna “Polígono” fue publicado un breve, pero estimulante, artículo de Fernando Durán Ayanegui, titulado "Por qué leer”. Coincido con el autor cuando escribe: “En nuestro país el hábito de la lectura apasiona. Se lee lo normal, lo imprescindible”. Claro está que para superar el analfabetismo por desuso, no solo hay que seguir leyendo (dejando fuera de la cancha literaria la sugerencia del entonces pintoresco jerarca), pero no es suficiente con leer, debe hacerse el esfuerzo de entender la lectura.
Quien crea que se logra entender la obra de Miguel de Cervantes leyendo a Don Quijote de la Mancha una sola vez, o la obra de Dante Alighieri La divina comedia, así como los millares de libros en las bibliotecas de todos los países del mundo (con la anomalía de la de Reikiavik del articulo) está equivocado. ¿Cuántas veces volvió a leer el Quijote, Guiselly Mora, para que apareciera el estupendo artículo “La hermosa Marcela”, el viernes 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer?
Un sincero agradecimiento para el el químico Fernando Durán y para la editora de “Opinión” de La Nación, Guiselly Mora, por levantar a la opinión pública la inquietud de una lectura formativa, más allá de la recuperación de la alfabetización en desuso.
Luciano Rizzolari, San José
Día de la felicidad
El 20 de marzo se celebra el Día Internacional de la Felicidad, establecido en el 2012 por la Organización de las Naciones Unidas. Este año festejaremos, por primera vez, en San Ramón, con una actividad pública. Ojalá en otros cantones también organicen actividades de esta naturaleza.
Miriette Méndez Villalobos, Goicoechea
¿Asesoría bíblica?
Al leer el editorial de La Nación del 10 de marzo, me dije: “Esto no puede estar pasando, y menos frente a nuestros diputados”. Yo creía estar leyendo un libro de ficción o de realismo mágico, donde cabe todo lo que la imaginación sea capaz de inventar, pero no vi ninguna diferencia entre cruzar la línea entre la interpretación bíblica y sus acomodos políticos y jurídicos.
Justificar el muro y la explotación de los recursos naturales hilando muy fino para convencernos de que Dios así lo quiere, es simplemente seguir los mismos pasos de los grupos fundamentalistas del Oriente. O desde la torre de Babel justificar la maldad de los migrantes por desobedecer y convertirlos en “pecadores” y, por tanto, justificar su persecución. O poner a un Dios vengativo contra los criminales para justificar la pena de muerte.
Yo esperaría la defensa por parte de nuestros diputados de nuestras tradiciones y prácticas democráticas civiles que tanto nos ha costado construir. Diferencias políticas, las tenemos, pero ante este ataque de nuestros valores, debemos estar unidos.
Mario Valverde Montoya, San Rafael de Montes de Oca