Me sustrajeron la billetera y en ella iban mis tarjetas, entre otras, una American Express, una VISA platino de crédito y una Mastercard de débito. Luego, efectuaron compras en diferentes comercios por montos superelevados, incluido un celular cuyo precio es ¢660.000.
Seguí el proceso de llamar en reiteradas ocasiones para que estudiaran mi situación, pues mis tarjetas cuentan con seguro, por la línea normal y por la línea preferencial (cliente platino) en la sucursal de Lindora, etc. El común denominador fue la falta de interés del banco para siquiera analizar el caso.
He recibido correos en los cuales me indican que dan por cerrado mi caso porque, de acuerdo con un supuesto estudio llevado a cabo, yo realicé las compras, lo cual no es cierto. Yo mismo hice la investigación y nadie del BAC Credomatic ha querido ir a solicitar los videos en los cuales podrán constar que no soy yo la persona que efectuó las compras por un total de ¢1,5 millones.
David Salas Marín, San José
Lectura obligatoria
La poca participación de la ciudadanía en los procesos democráticos son el caldo de cultivo para que cualquier persona llegue al poder. Claro que esto es producto de las malas administraciones y de una ciudadanía cansada de lo mismo. Esperanzados en opciones diferentes, con valores, compromiso, dedicación y, por supuesto, esperando lo mejor para la mayoría de los ciudadanos, nos aventuramos en nuevas opciones políticas que, debo decir tristemente, solo buscaban quitar a otros para ponerse ellos.
El libro El regreso del idiota, escrito por Carlos Alberto Montaner, Plinio Apuleyo Mendoza y Álvaro Vargas Llosa, desmenuza desde su propio punto de vista la problemática latinoamericana en torno a la política y los gobiernos que tenemos, y es así como la falta de experiencia, transparencia, corrupción y acentuadas ocurrencias, que parecen no tener pies ni cabeza, toman fuerza solo porque un grupo en el poder cree tener la verdad absoluta.
El libro debería ser de lectura obligatoria. Es, sin duda, una radiografía de nuestra situación a pesar de tener más de una década de publicado. Tengo 56 años y era ingenuo cuando fui estudiante, pero hoy creo en un país para todos, donde el bienestar debe llegar a la mayoría de los ciudadanos, donde los privilegios deben terminarse sin importar la siguiente elección, en ordenar la casa antes de apretar a la gente, en donde todos debemos contribuir pagando los impuestos, pero todos.
Álvaro Solano Acosta, San José
Estamos solos
Este fin de semana en un país europeo miles se manifestaron para pedir la dimisión de su presidente. La sociedad costarricense no tiene el valor para hacer una marcha así.
Para saber lo que es ser costarricense, basta con ver la educación vial y las prioridades: fútbol, fiestas de diciembre, topes, agredir a mujeres cuando hay partidos de fútbol, etc.
Carlos Alvarado llevó a la marcha a favor de la diversidad una pancarta que decía algo así como “No están sol@s”, mas lo cierto es que sí lo están porque no les alcanza el dinero para llegar a fin de mes, y en un par de días será peor.
Los ancianos con pensiones que son una burla a su vida, los enfermos en pasillos de hospitales que mueren esperando, los niños víctimas de violación o asesinados y los familiares de las víctimas de homicidio están solos. La gente está sola debido a la piñata de la corrupción impune y del ineficiente y burocrático aparato estatal.
Estamos solos ante el pésimo manejo del dinero que nos tiene en crisis. Importa más lo que haga Keylor Navas y los partidos de la Selección.
Marco Sancho M., San Pedro de Montes de Oca
Llamada a comparecer
La expresidenta de Japdeva Ann Mckinley dará cuentas a los diputados por la compra de equipo portuario con fondos de una reserva para liquidar personal. Mckinley tendrá que aclarar cuáles funcionarios la acompañaron y la asesoraron, quién le presentó los estudios técnicos de la oferta y quién o quiénes la elaboraron, si fue una licitación pública o privada, cuáles empleados fueron designados para dar seguimiento a la empresa adjudicataria hasta que las grúas llegaron a Limón.
El personal técnico de Japdeva es de un nivel alto. Muchos de ellos fueron entrenados en países del primer mundo, como Alemania y Holanda, y poseen grandes conocimientos como para saber lo que iba a pasar después de la entrada en operación de la empresa APM Terminals. Por eso, la compra tendrá que investigarse muy a fondo. La decisión de tomar el dinero de la reserva afecta hoy a cientos de funcionarios porque Japdeva no tiene liquidez para pagarles las prestaciones. Por otra parte, la inversión jamás será recuperada porque no hay barcos que atender.
Albán Rugama Dávila, barrio México