Las recientes hazañas de las costarricenses en el deporte no son obra de la casualidad. Sus proezas son el resultado de una lucha tenaz, muchas veces invisibilizada, en contra de los prejuicios, la falta de apoyo económico y de los “no se puede”.
Estas valerosas mujeres nos demuestran que cuando el talento hace yunta con las ganas y el sacrificio es posible romper las barreras para alcanzar el éxito. Así lo confirma la velocista Andrea Vargas, quien, a punta de esfuerzo y disciplina, ya logró saltar al quinto puesto del mundo en la prueba de los 100 metros con vallas.
Hasta hace poco, Andrea era una desconocida que se entrenaba sin reflectores en Puriscal. Ahora, obtuvo el derecho a estar en las páginas doradas de nuestro deporte. Otro especial reconocimiento merecen las integrantes de la Selección Femenina de Fútbol. Luego de ser vista con menosprecio por muchos años, la Selección consiguió ganarse el corazón de los aficionados derrochando calidad y mucha pasión.
Muestra de ello es la numerosa barra de aficionados que acudieron al estadio Alejandro Morera Soto a apoyar a las medallistas de bronce de los últimos Juegos Panamericanos. El equipo, comandado por la entrenadora Amelia Valverde, cuenta entre sus figuras con la legendaria Shirley Cruz, cuyo palmarés se lo desean la gran mayoría de colegas masculinos.
Ni que decir de Yokasta Valle, quien en agosto se coronó campeona mundial de las 105 libras de la Federación Internacional de Boxeo. Muy pocos recordaban que, seis años atrás, la carismática boxeadora le había dado una medalla de oro a Costa Rica en los Juegos Centroamericanos de San José.
Otras también han destacado. María del Milagro París puso a Costa Rica en el mapa al ocupar el sétimo lugar en la final de los 100 metros mariposa en las Olimpiadas de Moscú 1980. Silvia y Claudia Poll nos llevaron al éxtasis con sus medallas de plata y oro, respectivamente, en Seúl (1988) y Atlanta (1996), así como Hanna Gabriel (boxeo), Neshy Lee (taekwondo), Diana Brenes (yudo) y la Selección Femenina de Voleibol que se clasificó por primera vez a un Mundial en el 2005.
Hay una legión anónima de mujeres que se entrenan sin descuidar trabajo, estudios y labores hogareñas. Todas ellas merecen nuestro respeto y apoyo. Son heroínas.
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Ronald Matute es jefe de Información de La Nación.