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Para que un costarricense presuma de conocer sitios declarados Patrimonio de la Humanidad no necesita tener pasaporte. Ni para darse un tour por el lugar biológicamente más diverso del planeta. Ni para admirar la majestuosidad de un volcán y el mismo día disfrutar del masaje natural que dan las aguas termales. Ni para visitar algunas de las playas más hermosas del mundo. Todo eso está en Costa Rica.
Este país es un auténtico catálogo de opciones para los diversos tipos de turista: el que viaja solo, en pareja o con la familia completa; ya sea amante de la montaña, el bosque o la playa; adicto a la adrenalina y la aventura, o los que simplemente buscan un sitio para dormir en la arena.

Costa Rica está lista para ser conquistada por sus propios habitantes. Prueba de ello es la gran oportunidad que tiene el turista local para descubrir –o redescubrir– lugares tan apasionantes como el Área de Conservación Guanacaste, el Parque La Amistad o la Isla del Coco, tres joyas que fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad.
A esto se suma el hecho de que la prestigiosa revista National Geographic designó al Parque Nacional Corcovado como el sitio biológicamente más diverso del planeta. ¡Es hora de visitarlo!
Si miles de extranjeros vienen a disfrutar de estas maravillas, ¿cómo no lo van a hacer los propios costarricenses?
Mirar hacia adentro. Aunque Costa Rica se promociona como un destino turístico de reputación mundial, los visitantes ticos también tienen gran relevancia dentro de esta industria, que da empleo directo a 145.000 personas.
“Aquí en Puntarenas, la mayor cantidad de turistas que recibimos viene del Valle Central y Guanacaste. Son muy importantes para nosotros”, comenta Laura Chavarría, directora ejecutiva de la Cámara de Turismo de Puntarenas.
“La gente que viene de San José sabe que en una hora puede estar aquí, y que se va a encontrar una gran cantidad de opciones para pasar el día o el fin de semana”, añade.
Lo mismo ocurre en Guanacaste, otro polo importante que cada año hechiza a miles de visitantes con sus paisajes, su cultura y su gente.
“La clase media costarricense abarrota nuestros hoteles todo incluido, mucho más que los extranjeros. Además, contamos con otras opciones de alojamiento, lo cual nos convierte en un destino muy atractivo para los visitantes locales”, explica Álvaro Conejo, presidente honorario de la Cámara de Turismo de Guanacaste.
El funcionario agrega que esa provincia es ideal para vacacionar con toda la familia sin hacerle frente al alto costo de boletos aéreos. “Aquí hay apartamentos, condominios y casas a disposición de los turistas que viajan en grupo. Ese es un gran factor a la hora de hacer el presupuesto de un viaje”.
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de las familias toma vacaciones en diciembre
de las familias realiza actividades de sol y playa
hace caminatas por senderos
prefiere las montañas
lo hace en los meses de enero y julio
elige la observación de flora y fauna
acostumbra visitar pueblos o ciudades
Según datos del Instituto Costarricense de Turismo (ICT), solo en la provincia de Puntarenas hay 917 hoteles y 13.255 habitaciones disponibles, que van desde cero estrellas hasta cuatro y cinco.
El ministro de esta cartera, Mauricio Ventura, comenta que, con el objetivo de que los costarricenses se apropien del país como destino para visitar, lanzaron la campaña Vamos a Turistear, una iniciativa conjunta entre los sectores público y privado.
De hecho, como parte del proyecto, se dividió el país en ocho regiones geográficas para que los visitantes puedan elegir entre playas –muchas de ellas a solo una hora de la capital– o museos, para quienes prefieren el ambiente urbano.
La “conquista” del país incluye, por ejemplo, 12 humedales considerados de importancia internacional, que regalan a los huéspedes espectaculares vistas. Tan solo el humedal de Caño Negro cuenta con casi 10.000 hectáreas protegidas, donde solo caimanes y cigüeñas tienen derecho de propiedad.
Cualquiera que sea el tipo de turismo que le guste a un tico, siempre lo podrá encontrar en su propio país: una escapadita de fin de semana para contemplar la puesta del sol en el océano, avistar delfines o ballenas, refrescarse en una catarata o echar la vista a navegar sobre un imponente volcán… Todo eso está en Costa Rica, al alcance de la mano. ¡Para eso no se necesita pasaporte!
Según datos del Instituto Costarricense de Turismo (ICT), solo en la provincia de Puntarenas hay 917 hoteles y 13.255 habitaciones disponibles, que van desde cero estrellas hasta cuatro y cinco.
El ministro de esta cartera, Mauricio Ventura, comenta que, con el objetivo de que los costarricenses se apropien del país como destino para visitar, lanzaron la campaña Vamos a Turistear, una iniciativa conjunta entre los sectores público y privado.
De hecho, como parte del proyecto, se dividió el país en ocho regiones geográficas para que los visitantes puedan elegir entre playas –muchas de ellas a solo una hora de la capital– o museos, para quienes prefieren el ambiente urbano.
La “conquista” del país incluye, por ejemplo, 12 humedales considerados de importancia internacional, que regalan a los huéspedes espectaculares vistas. Tan solo el humedal de Caño Negro cuenta con casi 10.000 hectáreas protegidas, donde solo caimanes y cigüeñas tienen derecho de propiedad.
Cualquiera que sea el tipo de turismo que le guste a un tico, siempre lo podrá encontrar en su propio país: una escapadita de fin de semana para contemplar la puesta del sol en el océano, avistar delfines o ballenas, refrescarse en una catarata o echar la vista a navegar sobre un imponente volcán… Todo eso está en Costa Rica, al alcance de la mano. ¡Para eso no se necesita pasaporte!