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Dudas que comparten las mamás primerizas

Luego de haber pasado nueve meses del primer embarazo, viene una nueva serie de retos desconocidos.

Hay muchas mamás que no concilian el sueño por ver dormir a su bebé recién nacido. Quizá les inquieta que no esté respirando bien y sienten que, solo vigilándolo de cerca, podrán mantenerse tranquilas.

Este hábito es común entre las madres primerizas y, si bien es normal, también evidencia que el desconocimiento tras un parto puede traer múltiples preocupaciones.

Es comprensible que surjan dudas e inseguridades. Por eso, lo ideal es contar con una red de apoyo, ojalá con otras mamás de confianza que puedan intercambiar recomendaciones, pero siempre una persona profesional en pediatría la mejor opción.

Mientras tanto, aquí van unas que le servirán tanto a la mamá como al papá:

  • Se necesitarán muchos pañales: durante las primeras semanas es normal que el bebé moje el pañal cada tres o cuatro horas. Esto quiere decir que su pañal debería ser cambiado entre 8 y 12 veces al día. Por esto, siempre es bueno tener a mano una pañalera.

  • La mamá debe sacar tiempo para ella: aunque hay un periodo razonable de readaptación a la vida “normal”, es bueno que la mamá tenga la posibilidad de buscar espacios para relajarse en la cotidianidad. Tal vez pueda meditar y hacer ejercicio de forma progresiva. Todo esto traerá paz mental en una etapa nueva y retadora.

  • El bebé puede y debe adaptarse al ruido: En el vientre materno el bebé descansaba en medio del silencio y ondas sonoras continuas y relajantes. Al nacer, es importante que se acostumbre a que hay actividad durante el día y que, por la noche, podrá disfrutar de un mayor silencio. Este hábito puede darse poco a poco para que el bebé también se acostumbre a la energía diaria y al reposo por la noche continua.

  • Ayudar a que el bebé esté sano: Esta recomendación suena a algo muy obvio, pero es ideal tenerla. Durante las primeras semanas del bebé es necesario esterilizar todo. Esto incluye chupeta, juguetes y biberón. A la vez, es bueno evitar que sea alzado por muchas personas, pues esto aumenta el riesgo a que contraiga un resfrío en esta etapa, en la que es más vulnerable.

  • Permitir que el bebé llore: es comprensible que se genere tensión con el llanto prolongado y continuo de un bebé. ¿A qué se debe? Puede deberse a un cólico, al exceso de sueño o a la ausencia del calor y comodidad que se sentían tan bien en el vientre materno.

    Vaya haciendo cuentas de qué método ayuda a tranquilizarse a su bebé cuando llora incansablemente. ¿Música suave, una buena cobija, la chupeta? Lo importante es que llore lo que necesite y que sepa que tiene a su mamá o papás, ahí cerca, atentos a su situación.

  • Estas son algunas recomendaciones básicas, pero es importante recordar que, ante la duda, es mejor pedir ayuda cuantas veces sea necesario. Nadie nace aprendido y, estas enseñanzas siempre serán en favor del bienestar del nuevo chineado de la casa.