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    Enfermos: entre la paciencia y la Sala IV

    La incertidumbre de vivir sin un diagnóstico oportuno sobre una enfermedad obliga a los asegurados de la CCSS a buscar opciones para resolver la incógnita. Los que pueden resuelven su situación en la medicina privada o interponen un recurso de amparo en la Sala IV para que sea este órgano constitucional el que fije la fecha de su atención.

    Textos: Patricia Recio, arecio@nacion.com / Fotos: Gabriela Tellez y jorge Castillo

    Un lustro para despejar la incertidumbre. Cada tres años, Miriam Soto Sánchez, de Getsemaní, en San Rafael de Heredia, debe hacerse un ultrasonido para controlar unos nódulos en la garganta. La espera para que le programen la cita se prolonga. Foto: Gabriela Tellez

    A pesar de que a Miriam le dieron orden de ultrasonido desde el 2013, el hospital de San Vicente de Paúl, en Heredia, le programó la cita para el 22 de mayo del 2018.

    Cinco de los hermanos de Miriam murieron de cáncer. Ella teme por las consecuencias de esta espera sobre su salud. Foto: Gabriela Tellez

    “Yo me hago la mamografía por fuera (clínica privada) porque cuando el médico de la Caja manda el examen y uno se lo hace, tiene que esperar casi un año para que los resultados lleguen a San Rafael de Heredia. Si el doctor encuentra algo ordena hacer un ultrasonido, y al final es la misma historia con citas como estas”.
    Miriam Soto, paciente del hospital de Heredia.

    Una oportunidad para escuchar mejor. Alicia Iturbe invirtió $700 hace dos años en unos aparatos para escuchar, pero ya no funcionan. Necesita unos nuevos y no puede esperar más tiempo a que en el hospital San Vicente de Paúl, en Heredia, le hagan el examen pues sus oídos se deterioran cada día más. Foto: Gabriela Tellez

    Cada par de audífonos le cuesta a Alicia ¢400.000, dinero con el cual ella no cuenta. Esta vecina de San Isidro de Heredia inició los trámites para la audiometría en el hospital de esa provincia que le asignó la cita para el febrero del 2019. Foto: Gabriela Tellez

    Tras ir de un lugar a otro en busca de la referencia para la audiometría, Alicia, de 76 años, será vista por el audiólogo del Hospital de San Vicente de Paúl, en Heredia, en febrero del 2019. Para entonces, teme que su audición se haya deteriorado más. Foto: Gabriela Tellez

    La huelga que prolonga el dolor de espalda. Kevin Murillo, vecino de Turrúcares de Alajuela, tiene tres años de esperar la atención de un ortopedista en el Hospital San Rafael de Alajuela. Desde el 2013, sufre fuertes dolores de espalda y aún no tiene un diagnóstico que le permita conocer el origen de estos malestares. Foto: Gabriela Tellez

    Como a muchos asegurados, una huelga de trabajadores en el Hospital San Rafael de Alajuela provocó que Kevin perdiera su cita con el ortopedista, originalmente programada para el 27 de abril de 2016. Se la reprogramaron, claro, pero para el próximo año. Foto: Gabriela Tellez

    Tras perder la cita con el ortopedista por la huelga en abril, Kevin debe esperar hasta el 28 de abril del 2017. Mientras tanto, alivia los dolores de espalda con inyecciones, por las cuales debe pagar ¢30.000 cada una. Foto: Gabriela Tellez

    “Mi problema son los dolores de espalda. Cuando me dan las crisis no puedo ni siquiera levantarme. Lo que más me preocupa es no saber ni lo que tengo porque desde que empecé con los dolores nunca me ha visto un ortopedista”.
    Kevin Murillo, paciente del Hospital San Rafael de Alajuela.

    Detención tardía. Natalia Gallegos es colombiana y tiene más de 12 años de vivir en Tamarindo, en Santa Cruz de Guanacaste. En un control anual, le detectaron protuberancias en uno de sus senos y requiere un ultrasonido como parte del diagnóstico. Foto: Graciela Solís

    Natalia necesita un ultrasonido de mamas como parte del proceso de detección temprana, para saber si las protuberancias que tiene en sus senos son benignas o no. Sin embargo, el Hospital La Anexión, en Nicoya, le dio la cita para el 2019. Foto: Graciela Solís

    Natalia hará lo posible por pagar el examen en un consultorio privado, porque, dijo, no quiere correr el riesgo de que un diagnóstico tardío ponga en riesgo su vida. Foto: Graciela Solís

    La vía judicial. Un paciente de ortopedia, quien prefirió reservar su identidad, tuvo que acudir a la Sala Constitucional para que le programaran una cirugía por el desgaste de su cadera. Durante tres años acudió a varias citas médicas sin lograr que le programaran la operación. Al inicio, llegó renqueando hasta que su condición empeoró a tal punto que el médico recomendó una intervención urgente que no se pudo concretar por la lista de espera en esa especialidad. Ortopedia es una de las más saturadas en cirugía. A este paciente no le quedó más remedio que acudir a la Sala IV, donde los magistrados le dieron la razón y fue operado en un plazo de dos meses en el Hospital Max Peralta de Cartago. Foto: Jorge Castillo