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Aprender sobre ciencia no debería ser una tarea exhaustiva ni obstinada. En especial, cuando podemos educar a los más pequeños junto a Luna, una niña de 6 años que le encanta la ciencia.


Si planificar un evento es complicado, una fiesta sorpresa resulta doblemente retadora. Una celebración de esta índole puede ser una buena idea, pero nunca falta quien, por error, le diga a la persona y se traiga la sorpresa abajo.<div></div>