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Agresores le cortaron la cola y lo dejaron vivo. Sufrió horas hasta que fue sacrificado por autoridades debido al sufrimiento e imposibilidad de sobrevivir.

El llamado ‘interceptor’ consiste en un navío que extrae residuos suspendidos en el agua; funcionaría en el país en aproximadamente un año.

El jueves, entre bloqueos y amenazas de sus instigadores de repetir los retenes, ocurrió una discreta y singular jornada de pesca y cuido ambiental en las aguas de río Tárcoles a la altura de Garabito, Puntarenas.

Actualmente, María Ramírez González, directora de puentes del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), y Víctor Salas Vega, chofer del bus involucrado en el percance, son los únicos señalados por el Ministerio Público.

Cansado de recibir un río contaminado, un vecino de Quebrada Ganado interpuso un recurso de amparo que derivó en la conformación de una comisión interinstitucional que trabaja para rehabilitar la cuenca del río Grande de Tárcoles.

En promedio, y según datos de Asociación Terranostra (ATN), los voluntarios recolectan 46 toneladas de residuos al año. Muchos de esos residuos son plásticos, los cuales se pueden reciclar. De hecho, en algunas playas, ATN reporta un promedio de 2.500 botellas plásticas por kilómetro.

A diario, las plantas de la CNFL y el ICE recolectan en promedio 1,6 toneladas (t) de residuos sólidos que son arrastrados por el río Grande de Tárcoles y sus afluentes.

De niño, Ricardo Sáenz pasaba sus vacaciones en la cabina, propiedad de sus abuelos, en playa Tárcoles. Esta playa se encuentra cerca de la desembocadura del río Grande de Tárcoles, uno de los más contaminados de Costa Rica. Sáenz se refiere a la problemática de la basura en que está inmersa la playa de su infancia.