Ni el 1% de la población con ceguera o con discapacidad visual de Costa Rica cuenta con un perro guía. Quienes sí cuentan con estos valiosos compañeros lidian no solo con aceras y calles de terror, sino también con la incomprensión de una sociedad poco informada.
“A veces Internet es un poco incómodo, porque devuelve mucha información y cuesta llegar a lo que uno quiere”, comentó Adrián Fallas, un hombre ciego que suele hacer búsquedas en Internet, para investigar.