Plano tras plano, escena tras escena, la secuencia fotográfica reeditaba las jornadas del avezado director técnico. En unas imágenes, De León ostentaba el buzo florense; en otras, los inicios del pionero en San Ramón; también, la utopía caribeña; además, los tiempos de Carmelita y, como si fuese la culminación de un sueño, la luminosa noche del ascenso sabanero en el corazón del Puerto.