Para la reconstrucción de Europa, después de la Segunda Guerra Mundial, se necesitó mucho esfuerzo y buenas políticas públicas, para lo cual se creó la OCDE, una organización con expertos del más alto nivel en las distintas áreas de la administración, que acompañarían a ministerios y otras instituciones en la difícil tarea de gobernar con eficacia, integridad, transparencia y rendición de cuentas.