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Los cubanos evaluaban este viernes de diferentes formas las consecuencias del fin de la política migratoria conocida como "pies mojados, pies secos", que permitía a cualquier cubano que llegara a suelo estadounidense quedarse y obtener la residencia.

El canciller de la República,Manuel González, se presentó ayer ante la prensa para detallar las medidas del Gobierno en procura de contener la ola migratoria de 3.500 cubanos que presionan para pasar de Panamá hacia Costa Rica. El Gobierno señala que esta vez no se darán tratos especiales, y responsabilizó a EE. UU. de mantener una política migratoria que estimula el tráfico de personas.

Los gobiernos de México y Ecuador endurecen sus medidas para detener la migración cubana por la región, mientras la cifra de isleños estancados en Panamá llega ya a 3.500. En tanto, Costa Rica mantiene postura de deportar a los cubanos que ingresen irregularmente al país.