El resto del grupo ya cumple medidas cautelares, ya que las audiencias tuvieron que tramitarse por separado por covid–19.
Gestionó reuniones entre ellos y jerarcas de esa institución y la municipalidad de Goicoechea para agilizar trámites de un proyecto de vivienda social, en Purral, que había sido rechazado en cuatro ocasiones.
Al sospechoso de 48 años las autoridades le atribuyen establecer contactos que le permitieron operar sin intermediarios y consolidar a la agrupación. Su bajo perfil, en apariencia, le permitió pasar desapercibido por algún tiempo.
Además de reclutar a agentes del OIJ, la banda sondeó información de investigaciones con otros oficiales, un juez meritorio y buscó contacto con fiscala. Previo a la captura, también hay registros de vínculos con Celso Gamboa, quien es el abogado del cabecilla y su esposa.
Decomisos en Italia y España fueron vinculados con organización gracias a coordinaciones internacionales. Situación preocupó a presuntos miembros del grupo.
Última ocasión fue en mayo del 2019 cuando permaneció seis días. La Policía determinó que se reunió con el líder costarricense del grupo narco en un lujoso hotel de Escazú y que luego visitó Limón