Video de alta calidad muestra dos jaguares en localidades distintas de Guanacaste / Costa Rica busca atraer a más nómadas digitales, quienes dejan (mucho) más dinero al país que los turistas comunes / Cinco agencias ofrecen paquetes para vacunarse en EE.UU.

Población vive buen momento por abundancia de presas; reencuentro entre individuos de las costas y los procedentes de cordillera volcánica.

Esta semana apareció un macho joven retratado por “cámaras trampa” en un sector donde anteriormente no se adentraban, lo cual es una señal positiva pues significa que el resto de animales silvestres en su cadena alimenticia y su ecosistema gozan de buena salud.

Chips de celulares envían imágenes a científicos para darle un mejor seguimiento a estas especies.

Un jaguar negro atacó a una mujer que saltó la barrera de seguridad para tomarse un selfie con el animal el fin de semana en un zoológico de Estados Unidos.

En Tortuguero, como en el resto del país, no se han dado casos de ataques de jaguares a personas y en el trópico americano solo hay reporte de tres ataques científicamente certificados.

Las cámaras trampa, colocadas tanto dentro como fuera del Parque Nacional Tortuguero, captaron a un manigordo en esta área silvestre protegida en el 2012 y, cuatro años después, los científicos volvieron a observar al mismo individuo pero en la Reserva Natural Pacuare. Es decir, el felino recorrió 41 kilómetros.

La saliva dejada por el jaguar, cuando este se alimenta de las tortugas verdes (<em>Chelonia mydas</em>) que llegan a desovar al Parque Nacional Tortuguero, es aprovechada por los investigadores para conocer genéticamente a estos felinos.

Documentar la relación madre y cría en una especie como el jaguar es difícil y el Parque Nacional Tortuguero brindó esta oportunidad a la ciencia. A través de siete años de monitoreo, los investigadores han observado que, a partir de los cuatro meses, las crías ya empiezan a acompañar a la madre y a alimentarse de tortugas marinas. Aproximadamente a los dos años se independizan de la mamá. Algunos individuos se van y no se vuelven a ver, pero otros vuelven -ya adultos- a la playa.

Cazadores que buscan comerciar la piel de estos animales y cazados deportivos están en la lista de responsables de la desaparición.