Aunque los retos son muchos, cuatro resultan inaplazables en el año que estamos por comenzar.
El dilema de la educación costarricense, como señala el IX Informe Estado de la Educación, es aceptar una educación con ‘S’, mal escrita, o cambiar de rumbo.
Se han acumulado problemas de inmenso calibre en la educación y no existe una toma de decisiones estratégicas y pertinentes.