El 12 de marzo un dron sobrevoló el cráter del Poás con una cámara termográfica que detectó una temperatura de 40 grados Celsius en el lago. La estación seca no ha afectado el nivel de esa laguna.
Las plumas salen en esta época lluviosa porque el agua llega a profundas rocas de residuos magmáticos, que todavía está a más de 400 grados Celsius en el Arenal.
La pared del suroeste deja ver materiales más frescos y de un tono gris oscuro que se diferencia del resto y evidencia la caída de bloques grandes hasta el fondo del lago como parte de la erosión.
Después de la erupción del 30 de enero en el volcán Rincón de la Vieja, la baja en el nivel del lago, fue una de las pocas variantes que los científicos descubrieron. La tecnología permite ahora hacer comparaciones fotogramétricas muy rápido y con recursos propios.
La razón por la que ahora se ve un diámetro mayor cubierto de agua se debe a que el fondo fue rellenado por la fuerte actividad eruptiva del 2017. Ese fondo subió con materiales y el lago ahora es más ancho, pero somero.
El activo volcán Popocatépetl, ubicado en el centro de México, lanzó este lunes tres fumarolas de ceniza inusualmente altas y bañó de ceniza a nueve municipios, incluida la capital del estado mexicano de Puebla.
No ha sido necesario suspender ninguna visita ni cerrar el Parque Nacional Volcán Poás, ya que solo se sufren retrasos de entre 20 y 30 minutos, confirmó Rafael Gutiérrez, director del Área de Conservación Volcánica Central.
Aunque dejan claro que no se trata de que el volcán vaya a entrar en erupción, el hecho de que la pluma sea más alta y ver nuevas fumarolas les mueve a investigar.
La salida de gases, mayoritariamente vapor de agua, captan la atención de vecinos y visitantes.
Tras la erupción freática registrada este martes en el volcán Poás, las condiciones permanecen dentro de lo normal. Sin embargo, los vecinos de poblados al oeste del coloso reportan un fuerte olor a gases y azufre.